Hombres buenos

Cuando vi a Morgan Freeman haciendo de Mandela en Invictus pensé que todos los políticos del mundo deberían ver esa película. No es que sea una obra maestra del cine, incluso tiene exceso de melés , pero es capaz de trasmitir muchas enseñanzas imprescindibles para quienes han de lidiar con graves conflictos. A mediados de los años 90 el líder surafricano habría tenido toda la legitimidad del mundo para vengar las afrentas sufridas por él mismo y por los suyos, pero optó por tender la mano a sus más crueles opresores para construir una nueva sociedad. Que cada uno lo lea como quiera, pero la paz y la convivencia, aquí y en China, necesitan inteligencia y generosidad a partes iguales, una fórmula que tal vez no se use demasiado. Es más fácil no tener piedad con el enemigo que huye, aunque el refranero aconseje ponerle un puente de plata, que arriesgarse a poner los pilares de una difícil coexistencia entre quienes fueron víctimas y verdugos. Entraba Madiba en el hospital cuando con