30 enero, 2012

Irse de rositas


El diccionario fraseológico documentado del español recoge la locución irse de rositas. La define como irse sin pagar lo que se debe o sin recibir el castigo merecido. Pero lo de irse de rositas no es algo que ocurra por azar. Si es usted un muerto de hambre o está enganchado al consumo de sustancias y va callejeando en busca de una dosis, es mejor que no robe ni tenga un comportamiento alejado de la ley. Lo más probable es que acabe detenido, que le pongan un chándal, lo lleven esposado ante el juez y lo envíen un par de añitos a chirona. Si, por el contrario, es usted de los que viste con clase, estilo y poderío, se codea con la crème de la crème y va despidiendo glamour allá por donde va, entonces no se preocupe y haga de su capa un sayo porque difícilmente acabará en la cárcel. Aunque oigamos los comportamientos indignos y sospechosos con nuestros propios oídos, siempre habrá una excusa, un resquicio, un fallo en la instrucción o un permiso mal concedido para efectuar las escuchas que servirá para irse de rositas. Tras lo ocurrido con Camps, no  deberá extrañarnos que Garzón sea condenado ante la estupefacción del mundo entero, y que lo de Urdangarin se quede en un malentendido o un descuido. Nada nuevo bajo el sol, porque hace más de veinte años también escuchamos las vergonzosas conversaciones de un tal Palop en el llamado caso Naseiro, en el que sólo salió trasquilado el juez que pretendía esclarecerlo. A la justicia hace falta que le llegue la Revolución Francesa de 1789, para que trate por igual a los desarrapados y a los que llevan esos buenos trajes que van regalando por ahí.

Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 30 de enero de 2012.

23 enero, 2012

Lo que esté en tu mano


Un amigo me envió la anécdota de un antropólogo que había visitado y estudiado unas aldeas africanas. Trajo una cesta de golosinas de la ciudad, la colocó debajo de un árbol alejado y llamó a los niños de la aldea. Trazando una raya en el suelo les sugirió un juego que consistía en que el primero que llegase a la cesta se la podría quedar para él solo. Los niños se dieron la mano los unos a los otros, pasearon hasta el árbol y se fueron comiendo las golosinas. El antropólogo les preguntó por qué habían sido tan tontos, ya que quien hubiera llegado el primero se podría haber quedado con todo sin necesidad de repartirlo, a lo que los niños respondieron: ¡Cómo íbamos entonces a ser felices comiendo uno solo las golosinas y viendo a los demás sin probarlas!  Cierta o apócrifa, la anécdota es una invitación a pensar en las escalas de valores imperantes, en las que competir es más considerado que cooperar. Dar codazos y llegar el primero es tenido como un sinónimo de excelencia y cualquier otro punto de vista alternativo cae en el difamado cajón de lo utópico y perroflaútico. El mundo no mejorará gracias a nuevos mesías ni a seres venidos desde otra galaxia, sino que debe iniciarlo cada uno imitando aquel principio del artista austríaco Hundertwasser, que defendía el derecho de cada inquilino de un edificio a poder pintar del color preferido hasta donde alcanzase su brazo por la ventana. Quizá esa sea la solución: hacer lo que esté en nuestra mano, actuar en nuestro pequeño círculo, e intentar hacer la vida más fácil a nuestro alrededor. Nos sentiremos tan felices como aquellos niños africanos.  

16 enero, 2012

La inutilidad de la censura

Cuando estudiaba en la vieja Facultad de Letras nos visitó un día Camilo José Cela. Uno de los alumnos mayores le preguntó si era grata la tarea de censor y don Camilo le contestó, con gran enfado, que demostraba tener muy mala leche con aquella cuestión pero muy poco talento. El escritor gallego supo salir del desfiladero argumentando que sólo se encargaba de estampar el nihil obstat a la revista de huérfanos de ferroviarios y que jamás censuró nada. Fuera o no cierto, lo que sí han quedado por aquí es algunos con un gran ánimo de censurar. El último verano fue una foto de Sergio Parra y la semana pasada un intento de IU en Mérida para prohibir una representación teatral. Siempre me ha parecido que toda censura es inútil en un mundo como el de hoy, en el que una imagen o unas palabras dan la vuelta al mundo en segundos, y que cualquier tentativa de acallar a alguien solo sirve para avivar el fuego que se pretende apagar. No hace muchos años algunos concejales pacenses llegaron a sugerir censura previa a las letras carnavalescas y parece ser que una tuitera tendrá que vérselas en el juzgado por unas rimas sobre un primo chófer o algo así. Hemos pasado de la impunidad del insultante anónimo a través de la red, a una peligrosa tentación de ahogar todo aquello que no nos gusta escuchar. Si nos desagrada una exposición o una obra de teatro, lo mejor es no acercarse. Recuerden nuestros políticos que esto de satirizar al poder ya lo hacía Marcial hace dos mil años y que la censura, además de no ser gratificante, deja siempre en mejor lugar al que la sufre que a quien la pretende ejercer.

15 enero, 2012

Campanades a morts



Fuente: Wikipedia.

...en tanto que ministro portavoz informó de la ejecución de prisioneros políticos. Por ejemplo en el caso del dirigente comunista Julián Grimau, al que calificó de "ese caballerete" en rueda de prensa cuando estaba detenido y condenado a muerte. Fue fusilado en 1963. La condena de Grimau provocó una gran campaña de rechazo en el exterior, que no logró salvarle la vida. Fraga justificó la ejecución y a fecha de hoy aún no ha expresado su arrepentimiento.


...Bajo su mandato en el Ministerio en 1976, acuñó la frase «La calle es mía», tras el intento de la oposición de manifestarse el Primero de Mayo, al cual se negó. En esta época también se producen incidentes con las fuerzas de seguridad del Estado: los Sucesos de Vitoria (1976), donde la Policía Armada mató a tiros a 5 obreros al salir de la Iglesia de San Francisco de Asís e hirió a más de 100 personas.






14 enero, 2012

Auguris


La letra de esta canción que cada día me gusta más. El grupo de llama Èlena.

Cada cop que veig que no dius res, vull marxar d'aquí
Cada vez que veo que no dices nada, quiero marchar de aquí

com un àngel que ha tocat el cel i que han desterrat.
como un ángel que tocado el cielo y que han deterrado.

Si avui no volem sortir d'aquí, no direm
si hoy no queremos salir de aquí, no diremos

totes les veritats que hem anat callant i que ara ens fan mal.
todas las verdades que hemos ido callando y que ahora nos hacen daño.


Ja no juguem mai al mateix joc ni volem saber
Ya no jugamos nunca al mismo juego ni queremos saber

si haguéssim fet més partides junts sense perdre res.
si hubiéramos hecho más partidas juntos sin perder nada.

Si ara podem veure més enllà, ja hem guanyat.
Si ahora podemos ver más allá, ya hemos ganado.

Alguna cosa em diu que ja em veig al mirall.
Alguna cosa me dice ya me veo en el espejo.

09 enero, 2012

El tío Paco y las rebajas


De pequeños nos amedrentaban y nos advertían de que luego vendría el tío Paco con la rebaja. Finalmente el tío Paco no vendrá de visita sino que se quedará a vivir con nosotros, y las rebajas no serán hitos de temporada sino parte de lo cotidiano. El invierno se prevé frío pero nos van a calentar de lo lindo, ya que los recortes presupuestarios no afectan ni a las pelotas de goma ni a los gases lacrimógenos, que siempre hay alguno que no es capaz de llorar motu proprio. No se repondrán las vacantes dejadas por jubilaciones de maestros ni médicos y solo se hace excepción para policías, lo que nos confirma que de nada sirvieron los ejemplos que aconsejaban gastar más en escuelas hoy para evitar construir cárceles mañana. Cada Consejo de Ministros se va convirtiendo en un espectáculo de guillotina en el que el público espera resignado a que lo nombren para subir: ayer fueron los funcionarios, hoy el resto de los asalariados, mañana los niños y ancianos, pasado mañana las personas dependientes, días después los beneficiarios de la cooperación al desarrollo. En unas cuantas semanas aumentará el IVA, dentro de unos meses investigar será un sueño, y no tardaremos ni un año en ver crecer el número de parados sin subsidios ni ayudas. Triste panorama para quien mira la televisión y se pregunta cuándo narices vivió por encima de sus posibilidades si nunca ganó más de 1000 euros y jamás voló al Caribe. Hoy el gentío olvida su zozobra a codazos por encontrar un jersey barato en las rebajas, pero me temo que éstas no tienen nada que ver con las de aquel tío Paco que está en boca de todos.

Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 9 de enero de 2012. *viñeta de Eneko

02 enero, 2012

Apocalipsis 2012


Desde aquella cogorza de Fernando Arrabal hablando del milenarismo, me produce carcajadas oír cualquier cosa sobre el fin del mundo o el apocalipsis. Mi profesor de Historia nos contó lo que ocurrió en el año 1000, y todavía recuerdo a Álvarez Cascos en la nochevieja de 1999, informándonos del operativo especial que habían diseñado por si los ordenadores empezaban a estrangularnos a todos y a perseguirnos por los pasillos con la llegada del tercer milenio. Muchas veces he pensado que quienes murieron en Hiroshima, en las Torres Gemelas o en los maremotos de 2004 en Indonesia o del año pasado en Japón se fueron con la duda de si estaban ante el fin del mundo. En cualquier caso, el mundo ya no existe para ellos y los problemas los tenemos los que aquí nos quedamos. El miedo, la superchería y la superstición, en todos sus formatos, no son otra cosa que cloroformo colectivo en un tiempo tan lleno de dudas como el actual. Si al desmoronamiento económico de una parte del primer mundo le añadimos todos esos elementos de película de terror, estaremos ahondando en la confusión. Este mundo necesita lavarse la cara con agua fría, sentarse a pensar cómo sobrevivir en este barco y girar el timón para no partirse en pedazos contra las rocas del crecimiento ilimitado e irresponsable. Pensar que la epidemia de salmonelosis de los camarotes de primera constituye un problema global es pecar de ombliguismo y miopía político-social. Más que temer al apocalipsis de 2012 convendría empezar a salvar el mundo con fundamentos muy sencillos: somos ya 7000 millones de personas y queremos vivir dignamente, sin miedo.

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 2 de enero de 2012 (02/01/2012)

Historias de Loach y Laverty

Hay cine para todos los gustos. Algunos disfrutan de lo lindo con la ciencia ficción y los efectos especiales, mientras que otros nos decant...