Actuar en consecuencia

Anteayer escuché en la radio la descripción de un tuit que dibujaba con tres imágenes lo que muchas veces pasa en este país: un letrero prohibiendo alimentar a los patos, un señor dándoles bolsas de pan y ese mismo señor quejándose de lo gordos que están los animalitos. Poco después, el boletín horario informaba de tres nuevas muertes por la pandemia en Extremadura y una de ellas era una mujer de 48 años y sin patologías previas que la hicieran especialmente vulnerable. También vi en el telediario un reportaje grabado en una UCI y he de reconocer que me estremeció. Uno de los profesionales sanitarios lamentaba pasar horas allí intentando salvar vidas, poniendo en peligro su vida y la de su familia, y encontrar terrazas abarrotadas y botellones a la salida de su turno. Todo el mundo debería ver ese reportaje porque nos aleja de los habituales gráficos de frías cifras y nos acerca a un drama humano que vemos siempre lejos hasta que un día le toca a alguien conocido. Ayer por la