09 junio, 2014

Colorín, colorado

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Solían acabar así los cuentos cuando éramos pequeños. Había reyes y princesas en mundos perfectos y esos personajes pasaron a formar parte de un imaginario idealizado, que no mencionaba la cara oculta de la miseria producida por el más piramidal de los sistemas. Intuyo que nos siguen contando cuentos al llegar a la edad adulta, no con fines literarios sino para distraernos de nuevas realidades. 

Todo tiene un final, incluso los reinados edificados desde decisiones ilegítimas y mantenidos con verdades fabricadas. Obcecarse en permanecer en un cargo vitalicio monarquihasta la agonía habría sido un despropósito que ya no defiende ni el más tradicionalista. Fingen ahora un teatro de normalidad, traspasando la más alta institución del Estado entre miembros de una familia, como si fuera un bar que pasan a regentar los hijos cuando el padre está cansado de estar tras la barra. Parece que esta vez tampoco nos van a preguntar qué queremos, no vaya a ser que nos dé por cambiar el final del cuento. Alargar en el tiempo las rígidas condiciones de modificación constitucional que nos impuso aquella generación, la que tenía más de 18 años en 1978, solo servirá para ahondar la distancia entre quienes nos dirigen desde palacio y quienes pisan el asfalto y la tierra. Pero el conservadurismo, el miedo a plantear nuevos horizontes, es un lastre colectivo que todavía pesa demasiado. Estamos en uno de esos momentos en los que toca decidir si copiamos una página más de la historia o nos atrevemos a escribir una nueva. Reconozco que no soy ni objetivo ni imparcial, que de vez en cuando hay que romper con lo anterior, cerrar etapas y abrir otras con ilusión: colorín, colorado.

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 9 de junio de 2014.

P.S. Esta es mi última columna  en EL PERIÓDICO EXTREMADURA. Gracias a todos los que han leído alguna de las casi 500 que han sido publicadas en los últimos 10 años. Hasta otra.

02 junio, 2014

Interpretaciones


Hubo un tiempo en que cualquier noche electoral era una especie de cábala para interpretar cifras. Siempre había un dato posible con el que sacar pecho, ya fuera porque se había descendido menos con respecto a comicios anteriores, o bien porque la abstención relativizaba cualquier fracaso evidente. No es algo exclusivo de las noches electorales, que también he escuchado justificar que el paro ha subido bajo un gobierno, pero subió más porcentualmente cuando estaba el otro, como si eso fuera a resolver el hambre de la gente. Si estuvieran en la escuela la profesora les mandaría callar y les pediría que no dieran más excusas de mal estudiante, pero como son padres de la patria pues tenemos que escucharles de nuevo su discurso cansino.

Ha pasado una semana de las elecciones europeas y todavía estamos leyendo interpretaciones, unas simplistas y otras demasiado complicadas. Y quizá un término medio nos lleve a la conclusión más certera, porque ni todo se explica por la alta abstención, ni tampoco se puede afirmar que se ha producido ya un cambio histórico. Sí que se apunta un creciente hartazgo hacia lo de siempre y la aparición de nuevas formas de actuar en política. En los próximos años veremos si lo del 25 de mayo fue flor de un día o simple humo. De momento algo empieza a moverse: hay partidos que han perdido y necesitan saber qué quieren, otros que no han ganado tanto como pensaban y se plantean algún cambio, y luego están los que creen que no ha pasado nada. Pero escuchando las arremetidas de los últimos días contra Pablo Iglesias, nos cabe la duda de que esto pudiera ser más transcendente de lo que parece.

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 2 de junio de 2014.

26 mayo, 2014

Toros, fútbol y mesas electorales

La semana pasada me enteré de que uno no puede declararse objetor al sistema de votaciones y debe formar parte de una mesa electoral si así lo decide el sorteo. En cambio, hay alguna junta electoral que ha eximido de la misma obligación a quien tenía unas entradas para una final o a quien alegaba que un hijo comulgaba por vez primera ese día. Todo un prodigio de criterio sensato (entiéndase la ironía), pero el fútbol parece ser algo intocable en este país y que está por encima de cualquier otro precepto.

Tampoco se puede uno meter mucho con la fiesta nacional, y eso que hemos vivido un hito histórico el martes pasado, con ese 2-3 en Las Ventas a favor de los seres inocentes de cuatro patas, esos que llevan siglos recibiendo un 6-0 jornada tras jornada. No es que desee el mal para los autodenominados toreros, pero no me negarán que después de perder tantas batallas merece la pena la alegría de ver que cuatro toros se salvaban de la tortura y la muerte violenta en forma de espectáculo.

Y mientras terminamos de contar votos para ver que somos europeos, se me viene la imagen de las vaquillas maltratadas en los pueblos de España por culpa de la maldita tradición. O incluso sin tradición alguna como en mi pueblo, que el jueves decidieron reponer una práctica que no esconde ni arte, ni costumbres ancestrales ni nada.

Cuando el fútbol y los toros son casi religiones, cuando es más fácil librarse de una mesa electoral con entradas de fútbol que con argumentaciones morales, entonces es que algo grave debe de estar pasándonos como sociedad. Confieso que no lo entiendo.


Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 26 de mayo de 2014.

Espeluznante foto de Jon Amad.

19 mayo, 2014

Europa, Europa

Así se titulaba una magnífica película del año 1990 en la que se contaban las peripecias de un judío que se hizo pasar por ario. Europa, aunque no siempre haya que repetir su nombre como en aquel largometraje, está más cerca de lo que creemos. El domingo nos convocan a que elijamos a nuestros representantes en Estrasburgo y creemos que estos comicios son los últimos en el escalafón, puesto que los que más influyen en nuestras vidas son los locales, regionales o estatales. Y quizá no nos damos cuenta de que los gobiernos centrales, autonómicos o ayuntamientos tienen poco margen de maniobra cuando desde Bruselas ya te han marcado las líneas que hay que seguir.

Pero el desconocimiento que existe sobre la política es cada vez más generalizado y estoy seguro de que un altísimo porcentaje del electorado ignora la existencia de Juncker, Schulz, Verhofstadt, Tsipras o Ska Keller. El jueves pasado no vi ni un solo minuto del encuentro televisivo de Cañete y Valenciano, que por lo visto acabó siendo un festival de reproches domésticos. En cambio, sí seguí el debate que esos cinco nombres raros tuvieron en Bruselas. Y aunque su formato no permitía profundizar en casi nada, sí me sirvió para darme cuenta de que hay más de dos maneras de ver Europa y que no estaría de más, por lo menos, escucharlas. La película Europa, Europa comienza la trágica noche de los cristales rotos, un episodio histórico que deberían conocer todos nuestros escolares y también la gente de más edad, porque quizá el domingo que viene tenga que ser el primer día de una lucha para desterrar a algunos fantasmas que van haciendo sonar sus cadenas por el viejo continente.

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 19 de mayo de 2014. 

12 mayo, 2014

Mociones y censuras

Todo sistema parlamentario que se precie tiene mecanismos para reprobar a sus gobernantes. En algunos países como Portugal son muy frecuentes, no necesitan ni siquiera presentar candidato alternativo y basta con juntar a 116 diputados para forzar la dimisión del ejecutivo. En España las mociones de censura han sido tan poco utilizadas que cuando surge una parece que se cae el mundo. Nos pasa por no tener memoria, porque no siempre el que la pierde numéricamente sale victorioso y al contrario. A Suárez le presentó una Felipe González en 1980 y no la ganó entonces, pero empezó a labrar su victoria de 1982. Hernández Mancha, en cambio, presentó una nueve meses después de las elecciones de junio de 1986 y fueron el inicio de su ocaso.

En los últimos días se han escuchado muchas declaraciones de alto voltaje: que si la intención es otra, que si el daño que se está haciendo, que si no nos han avisado y un largo etcétera. Y a lo mejor todo es tan simple como escuchar el miércoles al candidato, valorar si son ciertas las razones por las que censura y, sobre todo, calibrar si su alternativa merece ser respaldada porque aporta soluciones creíbles a cada problema planteado.

Si te dan jaque en el ajedrez no hay que perder la calma sino pensar la respuesta, pues en ocasiones las blancas dan jaque pero reciben mate en las tres jugadas siguientes. Esperemos que el miércoles haya muchos contenidos sobre la mesa, propuestas y argumentaciones serias, críticas consistentes y poca parafernalia teatral. Quedémonos con lo positivo de las mociones, que las censuras tienen muy mala fama.

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 12 de mayo de 2014.

05 mayo, 2014

Premios merecidos


Eduardo Lourenço es quizá el más prestigioso intelectual y ensayista de Portugal, un pensador al que siempre se tiene en cuenta, a quien se respeta y que es unánimemente admirado. Con el nombre de este insigne escritor se instituyó hace una década un premio que otorga el Centro de Estudios Ibéricos de la localidad portuguesa de Guarda, y que pretende galardonar a aquellas personas o instituciones que han tenido una trayectoria relevante en el ámbito de la cultura, la cooperación y el conocimiento de los países ibéricos. Insignes personalidades han ido recibiendo este premio desde su creación y en Extremadura ya tuvimos la suerte de que el querido Ángel Campos Pámpano lo recibiera en 2008, aunque el destino le impidió ir a recogerlo. Los que hemos hecho de nuestra vida y de nuestro trabajo un puente hacia Portugal nunca podremos olvidar la labor de Ángel para traernos a sus poetas y acercarnos una cultura que estaba muy cerca físicamente, pero demasiado lejana en todo los demás. Con publicaciones como Espacio/Espaço escrito se fue sembrando una nueva manera de apreciar al vecino que, con el tiempo, ha acabado por dar sus frutos. La semana pasada han otorgado el premio Eduardo Lourenço a otro extremeño, al profesor de la Universidad de Évora Antonio Sáez Delgado. Quienes estamos al tanto de lo que pasa a un lado y otro de La Raya sabemos que la decisión del jurado ha sido más que merecida, porque el escritor cacereño recoge el testigo de una obra que Ángel Campos comenzó, y que en su ir y venir desde Extremadura al Alentejo les lleva y nos trae lo mejor de dos culturas.  Enhorabuena.


Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 5 de mayo de 2014.

En su justa medida

     En algunos pueblos se conserva todavía, junto a las plazas en las que se celebraban los mercados, un surco esculp...