25 junio, 2006

Maragall


Sería muy fácil subirse al carro de los que se dedican a hacer leña del árbol caído pero resulta que estamos reivindicando la memoria histórica y al club de los desagradecidos no le dura ésta ni un par de años.

A finales de 2004 teníamos una sociedad adormecida por los telediarios. Las manifestaciones de febrero contra la guerra de Irak habían pasado rápidamente al subconsciente colectivo y el aznarismo campaba a sus anchas mientras se apresuraba a traernos aquí el espíritu reaccionario de un Bush recién reelegido. Entonces apareció Maragall, el nieto del poeta, el alcalde que puso en lo más alto a una de las ciudades más modernas y entrañables del Mediterráneo. Fue capaz de acabar con 24 años de gobierno conservador en Cataluña y abrió el juego por la izquierda para lograr nuevas mayorías sociales frente a los que se obcecaban en ganar por el centro. Desde el primer minuto de juego sufrió ataques sin piedad desde dentro y desde fuera. Se encontró con problemas graves, con barrios que se quedaban sin suelo, crisis de gobierno y declaraciones desafortunadas, pero su capacidad de llegar a acuerdos con otras fuerzas sirvió de modelo para investir a Zapatero en la primavera de 2005. En menos de dos años pasó de ser un alcalde olímpicamente modélico a la diana preferida de los insultadores profesionales de la reacción. La semana pasada anunció que dejaba paso a nuevas gentes y a nuevos equipos, convencido de que en política y asuntos de ideas son más importantes los grupos humanos que las figuras. Se va después de más de 25 años dedicado a la vida pública, con sus aciertos visibles y sus errores, pero demostrando que los proyectos son más importantes que las individualidades y que no hay mejor equipo que aquel que tiene suplentes capaces de asumir la titularidad.
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Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA, el 26 de junio de 2006.

Ilustración: Jose Paulete

17 junio, 2006

Euforia colectiva


Era miércoles 14 de junio y ella llegó tarde al trabajo. No es porque se le hubieran pegado las sábanas sino porque es muy difícil despertar a tres niños pequeños, vestirlos, darles de desayunar y llevarlos a la guardería y al colegio antes de que el reloj marque la hora de inicio de la jornada. Cuando llegó al almacén recibió las miradas incomprensivas de algún jefe y de muchos colegas que murmuraban sobre la falta de profesionalidad de aquella tardona mientras seguían comentando la noticia del día. Ella hizo sus tareas con la mayor diligencia que uno pueda imaginar. Poco antes de las dos el encargado anunció que se cerraría una hora antes para poder ver el evento. Los murmuradores de la nueve menos cuarto se habían convertido en vociferantes a los que les importaba poco la productividad a cambio de cuatro goles de su equipo. Ella se quedó sola hasta las tres, preparando todo por si se volvía a retrasar al día siguiente. Fue a recoger a sus hijos a la salida del comedor escolar y atravesó una ciudad desierta de cualquier atisbo de vida inteligente. A medida que junio se adentraba, la desmesura se apoderaba de todo: personas que parecían sensatas comenzaron a parecer energúmenos capaces de justificar casi todo. Mañana ella será la primera en llegar al almacén. Ellos vendrán con la resaca de celebrar un triunfo o de olvidar una derrota. No se darán cuenta de que ella, la que el otro día parecía una absentista irresponsable, ya llevará adelantadas casi todas sus tareas. En ocasiones las euforias colectivas y el sentimiento patriótico-esférico esconden parcelas de infinita injusticia.
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Publicado el 19 de junio de 2006 en EL PERIÓDICO EXTREMADURA

Ilustración: Jose Paulete

10 junio, 2006

Resolver conflictos


En este mundo hay profesionales para todo: personas que estudian en profundidad y con rigor incluso áreas de conocimiento que algunos ni saben que existen. Un experto en resolución pacífica de conflictos ha venido a España y ha apreciado que hay importantes residuos de inmadurez política para afrontar situaciones delicadas. Podríamos fijar nuestra mirada en otros procesos de diálogo como el que tuvo lugar en Sudáfrica, un país que padeció una situación de violencia descomunal y mostró cómo se debía resolver un problema enquistado que había causado dolor y muerte en familias de todo tipo y color. No fue fácil pedir perdón y fue muy difícil perdonar, pero cuando se quiere edificar un escenario sin violencia, un espacio en el que vivir sin tener que mirar de reojo constantemente, hay que plantearse claramente si se está por construir la Historia o simplemente por dejar que el tiempo pase y nos engulla. Los que saben del asunto de acercar posturas irreconciliables apuntan a la necesidad de crear un clima propicio y de tender puentes de diálogo. Nuestro camino hacia la paz iniciado a finales de marzo se está encontrando con un escollo difícil: la presencia de una fuerza política como el PP que está dispuesta a entorpecer cualquier logro positivo que perturbe su beneficio electoral. Si los conservadores acaban por salirse con la suya y el proceso acaba en fracaso, lo populares podrán ganar unos comicios y todos habremos perdido muchísimo. Pero hay una posibilidad más: que rectifiquen y se apunten a empujar un tren de la paz en el que siempre tendrán un espacio y en el que son imprescindibles. http://javierfigueiredo.blogspot.com/

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 12 de junio de 2002.

Ilustración: Jose Paulete

03 junio, 2006

Nacer en la raya


Cualquiera que siga con detenimiento las polémicas suscitadas en España y Portugal a cuenta del cierre de la maternidad de Elvas llegará a la conclusión de que no hay frontera más peligrosa que la que se forma en la mente de quienes todo lo ven cuadriculado. Desde hace algunos meses algunos portugueses se han echado las manos a la cabeza ante la posibilidad de que el lugar de nacimiento de sus hijos se desplace 14 kilómetros hacia oriente. A este lado de la raya no es menor el número de alarmistas que creen que nuestros hospitales se van a llenar de unos extranjeros que hablan una lengua extraña y que acabarán por mermar la calidad del servicio. De nada nos vale que la bandera azul de estrellas doradas ondee en cada edificio público si a la primera de cambio nos enrollamos en la enseña nacional y anunciamos el fin de la patria o la quiebra del sistema público sanitario porque 200 bebés alentejanos nazcan en Badajoz. No cabe duda de que el descenso de la natalidad permitiría de forma holgada atender el posible cierre de la maternidad elvense: supondría menos de un alumbramiento diario y donde nacen ocho podrían nacer nueve. Pero lo más triste de todo este asunto es escuchar argumentos que destilan más xenofobia que preocupación por la atención sanitaria: ¿No será que somos muy europeos a la hora de recibir y demasiado nacionalistas a la hora de dar? Nacer en la raya no debería haber sido nunca un problema para echarse los agravios a la cara sino un lujo gratuito para quien tenga la mente abierta y sea capaz de disfrutar de un espacio con dos culturas, dos lenguas y dos Historias diferentes. http://javierfigueiredo.blogspot.com/
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 5 de junio de 2006

28 mayo, 2006

20000 vidas


Ahora mismo hay en el mundo 20000 personas que están esperando para morir. No es porque padezcan enfermedades gravísimas sino de seres humanos que aguardan a ser eliminados por sus propios gobiernos. 2148 personas fueron ejecutadas durante 2005 en 22 países y el 94 % lo fueron concretamente en cuatro: Arabia Saudí, China, Estados Unidos e Irán. El año pasado se condenó a muerte a 5.186 personas en 53 países. Estas cifras son aproximadas debido al secretismo que rodea a la pena de muerte. Muchos gobiernos, como el de China, se niegan a publicar estadísticas oficiales completas sobre las ejecuciones. Allí se llevan a cabo casi el 80 por ciento de las mismas y uno puede ser condenado y ejecutado hasta por 68 motivos, incluidos delitos no violentos como fraude fiscal, malversación de fondos y delitos de drogas. En Arabia Saudí se ha llegado a sacar a personas de sus celdas y se las ha ejecutado sin que supieran que se les había impuesto la pena capital. Otras han sido juzgadas y condenadas a muerte en una lengua que ni hablaban, ni leían, ni entendían. En Estados Unidos dos condenados a muerte quedaron en libertad en 2005 después de que aparecieran pruebas de su inocencia. Irán ha sido el único país en el que se ha ejecutado a menores en 2005. Tras este rápido panorama por el mundo de la pena capital deberíamos reflexionar y concluir que en cuestión de derechos humanos nos queda un largo camino por recorrer. Luego cabe preguntarnos qué podemos hacer cada uno de nosotros desde nuestro rincón del mundo: en ocasiones la suma de las pequeñas acciones de cada uno de nosotros puede salvar vidas. www.actuaconaminstia.org/

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 1 de mayo de 2006

El origen del delincuente

En los años 60 apareció una pintada en la pared de la cárcel modelo de Barcelona que decía que la delincuencia hablaba castellano. Algo tenía de cierto aquella frase porque la migración interior había llenado la prisión de apellidos venidos del sur y los razonamientos más torpes acababan por vincular las acciones delictivas con la lengua materna del criminal. Quien escribió aquella pintada no se había parado a pensar que ser delincuente no depende tanto del punto geográfico en el que se nace ni del color de la piel, sino de las condiciones humanas y sociales en las que se desarrollan y viven los individuos. En aquellos años 60, tanto si se apellidaban Fabra o Ramírez, la mayoría de los presos tenían una cosa en común: eran pobres que intentaban huir de la miseria por el atajo de no respetar las normas. Hoy ya no se hacen esas pintadas en los muros de las prisiones pero sigue habiendo quien cree que los forasteros son los que nos traen todos los males. No sé si alguien podrá explicarle a Acebes que los extranjeros tienen las mismas virtudes y defectos que los paisanos de toda la vida. Probablemente lo sabe y también es consciente de que al abrigo de asaltos y atracos se puede vender un discurso xenófobo que tiene demasiada demanda en lugares como Francia. El Partido Popular debe plantearse claramente si está dispuesto a ser la casa común de la derecha española, en la que quepa incluso la ultraderecha, o si va a centrar su discurso para aislar las posiciones xenófobas que, por desgracia, son más fuertes y más ignorantes que las que hace 40 años emborronaban los muros de las cárceles.
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 29 de mayo de 2006

21 mayo, 2006

Detención ilegal


A mediados de 2002 gobernaba en este país el Partido Popular. Se celebró entonces una cumbre europea en Sevilla y hacia aquella ciudad se dirigían varios autocares de portugueses, entre ellos varios diputados, que pretendían manifestarse y hacer uso de los derechos cívicos europeos. Violando todos los convenios nacionales e internacionales, aquellos ciudadanos no pudieron atravesar el paso de Rosal de la Frontera y fueron tratados de forma despreciable por las autoridades españolas. Este hecho produjo en el país vecino un escándalo superlativo, provocó protestas de las más altas instancias y fue noticia de portada durante más de una semana. En la prensa española de aquellos días no hay ni una sola noticia en ningún periódico, ni los telediarios de Urdaci se percataron de que España era el foco de atención en otro país: a casi nadie le importó un pimiento que unos cuantos (i)lusos no pudieran cruzar la frontera y manifestarse, tal vez porque eso de los derechos cívicos son una cosa que se reclama muy bien desde la oposición y se olvida muy fácilmente desde el gobierno. La noticia de una condena por detención ilegal a militantes del PP abre una gran esperanza porque es de suponer que cuando los populares vuelven al gobierno serán escrupulosos guardianes de los Derechos Humanos y no volverán a anestesiar subsaharianos para deportarlos. Sólo nos queda esperar que la preocupación de los conservadores por los derechos de los detenidos sea duradera y se extienda a inmigrantes, pacifistas, ecologistas o feministas cada vez que quieran usar la calle para expresar la disidencia. No nos olvidaremos .

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 15 de mayo de 2006

En su justa medida

     En algunos pueblos se conserva todavía, junto a las plazas en las que se celebraban los mercados, un surco esculp...