28 mayo, 2006

20000 vidas


Ahora mismo hay en el mundo 20000 personas que están esperando para morir. No es porque padezcan enfermedades gravísimas sino de seres humanos que aguardan a ser eliminados por sus propios gobiernos. 2148 personas fueron ejecutadas durante 2005 en 22 países y el 94 % lo fueron concretamente en cuatro: Arabia Saudí, China, Estados Unidos e Irán. El año pasado se condenó a muerte a 5.186 personas en 53 países. Estas cifras son aproximadas debido al secretismo que rodea a la pena de muerte. Muchos gobiernos, como el de China, se niegan a publicar estadísticas oficiales completas sobre las ejecuciones. Allí se llevan a cabo casi el 80 por ciento de las mismas y uno puede ser condenado y ejecutado hasta por 68 motivos, incluidos delitos no violentos como fraude fiscal, malversación de fondos y delitos de drogas. En Arabia Saudí se ha llegado a sacar a personas de sus celdas y se las ha ejecutado sin que supieran que se les había impuesto la pena capital. Otras han sido juzgadas y condenadas a muerte en una lengua que ni hablaban, ni leían, ni entendían. En Estados Unidos dos condenados a muerte quedaron en libertad en 2005 después de que aparecieran pruebas de su inocencia. Irán ha sido el único país en el que se ha ejecutado a menores en 2005. Tras este rápido panorama por el mundo de la pena capital deberíamos reflexionar y concluir que en cuestión de derechos humanos nos queda un largo camino por recorrer. Luego cabe preguntarnos qué podemos hacer cada uno de nosotros desde nuestro rincón del mundo: en ocasiones la suma de las pequeñas acciones de cada uno de nosotros puede salvar vidas. www.actuaconaminstia.org/

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 1 de mayo de 2006

El origen del delincuente

En los años 60 apareció una pintada en la pared de la cárcel modelo de Barcelona que decía que la delincuencia hablaba castellano. Algo tenía de cierto aquella frase porque la migración interior había llenado la prisión de apellidos venidos del sur y los razonamientos más torpes acababan por vincular las acciones delictivas con la lengua materna del criminal. Quien escribió aquella pintada no se había parado a pensar que ser delincuente no depende tanto del punto geográfico en el que se nace ni del color de la piel, sino de las condiciones humanas y sociales en las que se desarrollan y viven los individuos. En aquellos años 60, tanto si se apellidaban Fabra o Ramírez, la mayoría de los presos tenían una cosa en común: eran pobres que intentaban huir de la miseria por el atajo de no respetar las normas. Hoy ya no se hacen esas pintadas en los muros de las prisiones pero sigue habiendo quien cree que los forasteros son los que nos traen todos los males. No sé si alguien podrá explicarle a Acebes que los extranjeros tienen las mismas virtudes y defectos que los paisanos de toda la vida. Probablemente lo sabe y también es consciente de que al abrigo de asaltos y atracos se puede vender un discurso xenófobo que tiene demasiada demanda en lugares como Francia. El Partido Popular debe plantearse claramente si está dispuesto a ser la casa común de la derecha española, en la que quepa incluso la ultraderecha, o si va a centrar su discurso para aislar las posiciones xenófobas que, por desgracia, son más fuertes y más ignorantes que las que hace 40 años emborronaban los muros de las cárceles.
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 29 de mayo de 2006

21 mayo, 2006

Detención ilegal


A mediados de 2002 gobernaba en este país el Partido Popular. Se celebró entonces una cumbre europea en Sevilla y hacia aquella ciudad se dirigían varios autocares de portugueses, entre ellos varios diputados, que pretendían manifestarse y hacer uso de los derechos cívicos europeos. Violando todos los convenios nacionales e internacionales, aquellos ciudadanos no pudieron atravesar el paso de Rosal de la Frontera y fueron tratados de forma despreciable por las autoridades españolas. Este hecho produjo en el país vecino un escándalo superlativo, provocó protestas de las más altas instancias y fue noticia de portada durante más de una semana. En la prensa española de aquellos días no hay ni una sola noticia en ningún periódico, ni los telediarios de Urdaci se percataron de que España era el foco de atención en otro país: a casi nadie le importó un pimiento que unos cuantos (i)lusos no pudieran cruzar la frontera y manifestarse, tal vez porque eso de los derechos cívicos son una cosa que se reclama muy bien desde la oposición y se olvida muy fácilmente desde el gobierno. La noticia de una condena por detención ilegal a militantes del PP abre una gran esperanza porque es de suponer que cuando los populares vuelven al gobierno serán escrupulosos guardianes de los Derechos Humanos y no volverán a anestesiar subsaharianos para deportarlos. Sólo nos queda esperar que la preocupación de los conservadores por los derechos de los detenidos sea duradera y se extienda a inmigrantes, pacifistas, ecologistas o feministas cada vez que quieran usar la calle para expresar la disidencia. No nos olvidaremos .

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 15 de mayo de 2006

Bolivia




Nunca habíamos escuchado hablar tanto de Bolivia y, de repente, aquellos mismos que ignoraban las tierras andinas parecen no tener ojos ni oídos para otra cosa. Nunca les importó que los indígenas del Altiplano vivieran en la miseria, ni sabían quién era Hugo Banzer, ni les preocupó que millares de personas fueran torturadas y aniquiladas por uno de los mayores sátrapas de América del Sur. Las constituciones de todos los rincones recogen con grandilocuencia que los recursos naturales de cada nación son patrimonio del pueblo soberano, pero todo se tuerce cuando hay alguien que se atreve a poner en práctica medidas que propicien un cambio democrático de las reglas del juego. Hoy apelan a la seguridad jurídica quienes nunca se preocuparon de la seguridad física de un pueblo famélico y empobrecido, se ponen nerviosos ante la bajada de las acciones pero no les importó que millones de bolivianos vivieran con menos de un dólar al día, les estremece que gente de piel oscura reclame para sí aquello que daba enormes beneficios en una cuenta de resultados a miles de kilómetros de Cochabamba. El mundo al revés hace que no sea noticia la quiebra de las promesas electorales y que pase a ser portada el cumplimiento de un compromiso con la ciudadanía. Sacar de la miseria a un pueblo tan maltratado por la historia no será tarea fácil y puede que las acciones del gobierno boliviano no sean la panacea. A quienes se alarman por las medidas de Evo Morales cabría pedirles un poquito de sinceridad: Ya sabemos que la vida de los bolivianos les importa mucho menos que el índice bursátil, pero disimulen un poco, por favor.
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 8 de mayo de 2006.

25 de abril

Todos los años tienen un 25 de abril y en algunos lugares se celebra de una manera especial. Portugal e Italia, dos países europeos con mu...