10 septiembre, 2007

Periodo de adaptación

A nadie se le oculta que los niños pequeños necesitan un periodo de adaptación cuando empiezan a ir a la guardería o al colegio. Durante varias semanas nuestros hijos comienzan a socializarse a cuentagotas y es entonces cuando pueden crujir todos los resortes de ese concepto tan cacareado que se llama conciliación de la vida laboral y familiar. Mi amiga, que tuvo gemelos a principios de año, ya no se preocupa si los 2500 euros tendrán o no carácter retroactivo porque se encuentra en el periodo de adaptación de la guardería para sus retoños. No tiene familiares en la ciudad en la que reside y su pareja trabaja a cincuenta kilómetros. Agotó una baja maternal que sólo tiene un par de semanas más en el caso de partos múltiples y la unió a sus vacaciones para poder enlazar con la apertura de las guarderías. Pero ahora resulta que tiene que adaptar a sus gemelos y no encuentra forma de conciliar su horario laboral de 8 a 3 con las dos horas diarias de guardería abierta. Tampoco le sirve una reducción de horario porque seguiría siendo irreconciliable. Así que a lo mejor es urgente, antes de repartir euros a diestro y siniestro, crear instrumentos que solventen unas dificultades que pueden parecer minucias desde el sillón de un político, pero que se convierten en abismos en la vida de los trabajadores. Tal vez todo se solucionaría con que los horarios laborales durante esas semanas de adaptación se amoldaran al de la paulatina integración escolar de nuestros hijos, porque muchas veces sirven más este tipo de pequeños detalles que las medidas espectaculares anunciadas a bombo y platillo. http://javierfigueiredo.blogspot.com/
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 10 de septiembre de 2007

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