08 diciembre, 2008

Localismos


Las nuevas tecnologías nos permiten que cada noticia publicada en la versión digital de un periódico pueda recibir, casi al instante, el comentario de seres anónimos que vuelcan sus reflexiones. A los que no nos ata una vinculación de toda la vida con la ciudad de Extremadura en la que vivimos, nos llama poderosamente la atención la virulencia que en esos comentarios alcanzan los exabruptos localistas. Ya se puede hablar de infraestructuras, de cultura o de atención sanitaria, que siempre hay personajes dispuestos a jurar y perjurar que su ciudad es víctima de la discriminación histórica e insidiosa de la capital autonómica, de las otras capitales, de la cabeza de comarca o de la aldea más perdida. Además, sobre el mismo asunto pueden salir centenares de comentaristas de otra ciudad acusando de lo mismo a las restantes. Se trata de palabras en las que se destila más rencor que materia gris y donde el insulto soez se deja caer a las primeras de cambio. Yo creo que esto se curaba obligándoles a vivir un tiempo en la otra localidad, para que se dieran cuenta de que todo es más relativo de lo que parece. La cuestión es que este tipo de pensamiento localista no sería peligroso si no fuera porque, de vez en cuando, hay políticos que saltan al ruedo enarbolando esa idea. En ocasiones pueden lograr éxitos en ámbitos municipales, pero empieza a preocupar que haya quienes estén dispuestos a hacer del localismo una forma de actuar en niveles más amplios. Quizá a las primeras de cambio consigan el aplauso de esos comentaristas furibundos, pero me parece que ese camino, afortunadamente, no llegará muy lejos.

2 comentarios:

Felipe Sánchez Barba dijo...

Estimado Javier:

Los excesivos localismos son una de las enfermedades más importantes que tienen algunas regiones como Extremadura y eso nos genera muchos conflictos. Esoy de acuerdo contigo en que no conducen a nada.

Con respecto a los comentarios en los medios digitales soy partidario de limitar de algún modo el excesivo desmadre que hay y moderar siempre sus contenidos. Existe en mi opiniòn poco control sobre la autoría y lo que en ellos se vierte, en ocasiones verdaderas barbaridades que generan confrontación y discordia entre los ciudadanos.

Puntos de vista y ... nada más dijo...

Felipe, lo del localismo está claro: es un peligro absoluto y algo irracional.

Sobre el control a los comentarios, yo soy partidario de tener que leer barbaridades y tragarme algunas, antes que empezar con la censura. Creo que se deberían controlar los insultos personales y la apología de la violencia, moderando los inadecuados. Pero cualquier otra dorma de censura previa me parecería matar una de las virtudes de la red: la libertad.

Saludos

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