21 junio, 2009

Ego quoque

No he leído nada de Zafón, ni de Falcones ni de Follet. Huyo siempre de la corriente. Pero un día te dejas llevar y cae un libro en tus manos. No es nada del otro mundo, no tiene un transfondo para pensar y darle mil vueltas, pero es entretenido, algo que no siempre se consigue en literatura. Si para algo está sirviendo el éxito de Stieg Larson es para que los libros forman parte de las portadas de los periódicos e incluso de conversaciones en las paradas del autobús. La película ha gustado a los que no habían leído el libro, como casi siempre.

1 comentario:

Alicia Vernok dijo...

No he leído ninguno de la saga, pero tengo bastante curiosidad.

No se cómo será, pero por lo menos, con Larsson se ha conseguido que los periódicos escriban antifascista sin ningún matiz peyorativo (como si ser antifascista fuera algo malo, copón).

De Falcones he leído La catedral del mar (el único hasta hace poco, creo). Me lo regalaron por navidades y me enganchó la historia de Armengol. El melodrama es así, si no de qué iban a triunfar los culebrones.

Ignorancia orgullosa

Una vez escuché una teoría descabellada sobre el aprendizaje que consistía en que, en mayor o menor medida y salvo graves incapacidades co...