Desde hace siglos existe una mayoría de la población que subsiste gracias al trabajo que realiza y al sueldo que recibe. Históricamente, las personas trabajadoras nunca pudieron pedir unas mejores condiciones, porque el sistema estaba montado para que obedecieran y acataran aquello que se le daba. Y los tiempos fueron avanzando, llegaron las revoluciones industriales y fueron surgiendo conciencias que empezaron a reclamar un trozo de vida. Fue así que con huelgas y sufrimiento consiguieron el descanso semanal, luego la jornada de ocho horas, más tarde el seguro de enfermedad, después las vacaciones pagadas, permisos de maternidad y hasta de paternidad. Ninguno de esos logros que hoy disfrutan los trabajadores, que en su momento fueron considerados utopías, habrían sido posibles si no se hubiera batallado por ellos. Porque nada fue concedido y todo fue arrancado en la lucha. Quienes vivimos de un sueldo no podemos firmar un artículo en el Financial Times para que los gobiernos nos hagan caso. Los poderosos sí pueden amenazar a los gobiernos y hacerles seguir sus dictados. Los que viven de un sueldo no tienen más arma que salir a la calle o hacer huelga para poder mantener sus condiciones de vida. Por eso no acaba uno de entender que haya trabajadores que no sepan cómo defender su dignidad, que se confundan de enemigo, que se queden criticando defectos en el dedo que señala en lugar de mirar hacia la avalancha que se les avecina, y que crean más a quien les quita sus derechos que a quien pretende defenderlos. Esta semana nos convendría leer un poquito de Historia a los que vivimos de un sueldo.
27 septiembre, 2010
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3 comentarios:
Luego nos quejamos de que nos tachen de conformistas. Si realmente no lo somos, este miércoles deberíamos salir a la calle para hacer ver que no estamos de acuerdo con la nueva reforma laboral.
Algunos me han dicho que esta huelga no servirá de nada. Solo hay que hacer un poco de memoria. Aznar, hace unos años, decía que no movería ni una coma del decretazo y se lo comió entero. Quizás sea un poco ingenua pero realmente creo que cambiar las cosas está en nuestra mano.
Cierto, Aznar tuvo que ceder, ¿por qué no el nuevo Aznar, antes bambi-ZP?
Preferiría una lucha como la griega, donde la respuesta obrera ha sido impresionante, o como la vasca, donde la huelga fue acto seguido al ataque de la derecha liberal de Zapatero y Botín, del FMI, del BM, de la UE y demás monstruos antidemocráticos. Pero esto es lo que hay, y porque sea tarde y mal no vamos a bailarle el agua al capital.
Y para terminar una frase de José Martí: "Aquel que no tenga el valor de sacrificarse que tenga el pudor de quedarse callado frente a los que sí se sacrifican"
Saludos!
Sí, sí, mucha huelga y luego, cuando lleguen las elecciones, toda la progresía que ahora se lanza a las calles volverá a votar ZP. Coherencia y credibilidad, por favor.
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