30 agosto, 2013

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Esta frase atribuida a Rosa Luxemburgo estuvo durante años en una pared de Badajoz, en la Calle Héroes de Cascorro, a la vuelta del café La Tarara. Una explicación magistral de aquellos tiempos y de estos.

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Guillermo

En octubre de 1990 me matriculé en la Escuela Idiomas para profundizar lo que sabía de alguna lengua y empezar con otras. En la clase de pr...