El año que viene se cumplirán ya 40 años desde que Quimi Portet y Manolo García compusieran una mítica canción que definía las barras de bar como vertederos de amor. Hacía tiempo que no la escuchaba, fui a buscar la letra tecleando las tres primeras palabras de la canción y me di cuenta de que no eran el título. La he vuelto a escuchar después de mucho tiempo, mientras en la televisión estaba sintonizado un canal de esos que están día y noche dando noticias, y me parecía que la letra contenía trazas inconexas de actualidad: nadie es mejor que nadie, si lloré ante tu puerta de nada sirvió, os enseñé mi trocito peor, me siento hoy como un halcón o me quiero defender.
Dentro de dos meses y un día se cumplirán dos años de los injustificables ataques de Hamas que se llevaron por delante a 1200 personas en el sur de Israel y capturaron a más de 200 rehenes. Desde entonces Netanyahu ha ido respondiendo a ese ataque con un auténtico plan genocidaque pretende exterminar a toda la población gazatí, ya sea con bombas o por medio del hambre e impidiendo la llegada de ayuda humanitaria.
Son casi dos años en los que hay más de 60.000 muertos entre los que no se hace ningún tipo de distinción: se destruye y se aniquila sin mir
Me pregunto cómo veremos todo esto cuando pase un tiempo, cuando tengamos perspectiva. Tras la segunda guerra mundial en Alemania repitieron hasta la saciedad el “nie wieder”, nunca más. Muchos se preguntaron cómo se había llegado hasta el punto de permanecer como meros espectadores de un intento de aniquilación de todos los judíos. Aquel intento de genocidio se repite y el gobierno que dice representar a las víctimas de aquel holocausto es ahora el victimario de un proceso que no es un calco exacto porque se han cambiado las cámaras de gas por bombas y bloqueos de ayuda humanitaria para matar de hambre.
¿Dónde estabas entonces? Es la pregunta que muchos se hicieron entonces y hoy deberíamos preguntarnos, sin excepciones, dónde estamos ahora. ¿Es nuestro silencio y actitud una forma de decir que nos parece bien el genocidio? ¿Nadie es mejor que nadie o son los palestinos peores que los israelitas? ¿Servirá llorar antes las puertas de todas las instituciones? ¿Nos ha enseñado ya Netanyahu su trocito peor o alberga todavía más crueldad? ¿Estamos del lado de los halcones o tenemos herramientas para defender a los más débiles y desprotegidos en este dantesco escenario en el que se ha convertido la Franja de Gaza?
Este último intento de borrar a la población palestina de los mapas aparecerá pronto en los libros de Historia. Nuestras nietas y nietos nos preguntarán cómo pudimos permitirlo, qué hacíamos para mostrar nuestra solidaridad con las víctimas, de qué manera intentábamos convencer a quienes vivían a nuestro lado y justificaban el genocidio, cuál era nuestra estrategia para que lo humano venciera a la violencia. ¿Dónde estamos ahora?
Publicado en el diario HOY el 6 de agosto de 2025
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