El estatuto y la heterodoxia
El estatuto y la heterodoxia Sería muy fácil ponerse en la cola de los que van apedreando al nuevo estatuto catalán desde la distancia aunque siempre existe la posibilidad de tratar de salir del coro y articular una opinión diferente: nuestra democracia es tan sólida que permite discrepancias cordiales en este asunto sin que nos vaya la vida en ello. La verdad es que cualquier texto es mucho más interesante que doscientos artículos que ni sorprenden ni cultivan el alma del lector porque, en el fondo, no hay nada que pueda provocar asombro si se conoce un poco de la historia reciente – y no tan reciente – de la península: nada se propone que no se fuera previsible teniendo en cuenta los postulados mantenidos por la mayoría de los partidos catalanes. Sí que habría resultado llamativo que la nueva norma pretendiera devolver al Estado competencias ya asumidas, pero la ampliación del estatuto agotado deja bien claro la voluntad de respetar los límites establecidos en el artículo 149.1 de la