17 noviembre, 2007

La reacción de la vacuna


Dicen que las vacunas consisten en ponerte una dosis controlada del virus al que te quieres inmunizar para evitar contagiarte. Eso provoca reacciones como fiebre y erupciones en la piel. Se avecina un virus de racismo y fascismo para el que nos tendremos que vacunar. Será un pinchazo molesto y puede haber algún que otro altercado cutáneo, pero es necesario, imprescindible. Antes de que empiecen a campar a sus anchas y tengamos que lamentar por qué les dejamos empezar.

Pero no caigamos en la provocación porque no ayuda en nada a conseguir e objetivo. Si lo que queremos es que no haya agresiones y asesinatos fascistas (¡Que se enteren en los medios que el asesinato de Carlos Palomino no es un ajuste de cuentas entre bandas juveniles. Es un asesinato como el de Miguel Ángel Blanco!) no podemos ir por ahí pidiendo venganza, ni podemos entrar al trapo de los fascistas.

Existen formas no violentas de luchar contra el racismo y podemos hacerlo todos y todos los días: No permitiendo comentarios racistas y xenófobos en el bar, en el trabajo, en la escuela, en la puerta del colegio o en la cola del médico. El silencio es una forma de complicidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Mientras pueda utilizarse la fuerza para qué el dialogo. Sin embargo, las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo cobre significado, y si se escuchan, enuncian la verdad."

V de Vendetta

Ninguna agresión es justa.

Puntos de vista y ... nada más dijo...

La fuerza y la violencia son elementos del fascismo. Usar la violencia para combatir el fascismo es entrar en el camino que quiere el fascio. Conmigo que no cuenten. Contra el fascismo, todo; oponerse a la violencia fascista con más violencia es una tontería que no sirve para contrarrestar

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