Estas palabras inglesas empezaron por describir a unos restaurantes en los que no es que no hubiera camareros, sino en los que por el mismo precio tenía que hacer uno mismo de camarero. Luego llegaron las gasolineras, en las que suprimieron los sueldos de los mozos por unos guantes de plástico. Esos mismos guantes hubo que usarlos para pesar la fruta en los supermercados, en los que acaban de inaugurar unas cajas en las que ya no hay personas para pasar los productos por el lector óptico y cobrarte. La verdad es que, a este paso, las grandes superficies van a ser un auténtico chollo puesto que no necesitan ni contratar a las cajeras, ni pagar a los reponedores o al personal de promoción. De hecho, sólo necesitarán guardias para tener la seguridad de que no les roban. Los muebles más baratos los venden unos suecos gracias a que los últimos de la cadena de montaje somos los que pasamos por caja. También hay un banco que se vanagloria de dar más interés que ningún otro gracias a que apenas tiene empleados, ni oficinas en pueblos y barrios. A cambio, tienen un teléfono en el que te puedes pasar media hora pulsando botones hasta que una voz amable -aunque grabada- te comunica que no hay ninguna operadora disponible para atenderte. Uno suponía que tanta automatización acabaría bajando los costes y los precios, que nos daría más tiempo libre porque el trabajo se podría hacer en la mitad de tiempo, pero al final lo que ocurre es que se prescinde de los empleados, se hace trabajar a los clientes y las arcas de la empresa engordan. Lástima que no esté Chaplin para una nueva versión de Tiempos Modernos.
29 septiembre, 2008
Self service
28 septiembre, 2008
Pedro Urraca y otros muchos
Uma azinheira longe
25 septiembre, 2008
Pobreza Cero
24 septiembre, 2008
Gestos de izquierda
Cosas que se leen
Hay un tipo que escribe de vez en cuando cartas en los periódicos. Hoy escribía una en estos términos:
22 septiembre, 2008
Tiempo de crisis
A veces conviene leer otros puntos de vista, de esos que son difíciles de encontrar en ningún medio. Es para leerlo despacio. Se puede discrepar en algunos puntos pero hay que reconocer que aspectos interesantísimos. Me ha gustado la relfexión semántica sobre al palabra perfil
Se veía venir
21 septiembre, 2008
Ars Amandi en Lugares comunes
20 septiembre, 2008
Lugares comunes
En el año 92 me lancé a ser un mercenario de la enseñanza alternativa guiado por una frase de Federico Luppi en Un lugar en el mundo, mi película favorita. Ayer, justo dos semanas después de haber decidido abandonar la enseñanza oficializada, repusieron en La 2 Lugares comunes. No es una película perfecta, lo sé, pero hay fragmentos memorables: la conversación con Tutti Tudela, la discusión con el hijo y la última clase que el protagonista imparte. Estas cosas emocionan.
18 septiembre, 2008
El error del siglo XXI (1)
Premio Antonio Machado a Irene Sánchez Carrón
Me recuerdas
el frío de las fuentes en los labios,
el prado debajo de la espalda,
la indescifrable danza de las nubes,
el dulce sabor de diminutos dedos en la masa,
la tierra en las uñas,
los pies mojados en los charcos,
los bolsillos repletos.
Contigo junto a mí
los días recobran la suave textura de la cera
y repiten mil veces el amanecer.
Contigo junto a mí
veo pasar de largo la tristeza.
De "Escenas principales de un actor secundario" 2000
17 septiembre, 2008
Sin ánimo de molestar
Sé que a muchas personas que visitáis este blog os parecerá una barbaridad, pero entended que para un asmático es reconfortante leer cosas de este tipo. Le sirven a uno para recordar que no está solo en el mundo.
15 septiembre, 2008
Volver al colegio
13 septiembre, 2008
09 septiembre, 2008
Una carta en EL PAÍS
La leí el domingo en la sección de cartas al director de EL PAÍS. Tras unos días trepidantes pensando sobre estos asuntos leo algo así, en una oda al profesorado:
08 septiembre, 2008
Limpiar heridas
Los manuales de primeros auxilios dicen que las heridas deben lavarse y desinfectarse antes de ser cerradas. Taparlas sin efectuar esas dos tareas puede producir efectos secundarios más graves que los de la herida en sí. Durante la semana pasada, tras un intento del juez Garzón de saber qué fue de los asesinados en las cunetas tras estar cautivo y desarmado el gobierno democrático de la República, muchos se han puesto demasiado nerviosos y han pedido que no se hurgue en una herida cerrada. Llama la atención la visceralidad de algunos en evitar que se sepa cualquier cosa de aquellos paseos de ida que no tenían vuelta, a pesar de que nadie está tratando de buscar a los responsables sino de encontrar dónde fueron a parar los restos de toda una generación de gentes que defendieron la legalidad. También resulta curioso que, tras haber pasado 40 años obligados a estar amordazados y 30 de propina para no entorpecer el consenso de la transición, sigan existiendo empecinados en negar un auténtico genocidio, el intento de aniquilar físicamente a los activistas del antifascismo con un procedimiento que cuatro décadas después perfeccionarían los militares argentinos. Con demasiado retraso nos disponemos a destapar la herida para poder limpiarla y cerrarla definitivamente, pero hay quienes temen un hedor que les recordará que, en el fondo, no les pareció mal que los vencedores, como afirmó Queipo, “limpiaran España para que en 30 años nadie se moviera”. Entonces lo consiguieron y uno tiene la duda de si volverán a lograr callar a quienes sólo quieren curar heridas que llevan 70 años sin poderse ni mencionar.
07 septiembre, 2008
Filosofía de la vida (barata)
En días así uno recuerda historias de estas que te envían por internet, que no son especialmente ñoñas (algunas sí) pero que dan para pensar un rato.
Un profesor, delante de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, cogió un bote grande de vidrio y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Después, preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. El profesor cogió una caja llena de perdigones y los vació dentro del bote. Estos llenaron los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el bote estaba lleno, y ellos volvieron a contestar que sí.
Después, el profesor cogió una caja con arena y la vació dentro del bote. Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos. El profesor volvió a preguntar de nuevo si el bote estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un sí unánime. El profesor, rápidamente añadió dos tazas de café al contenido del bote y, efectivamente, llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían.
Cuando la risa se fue apagando, el profesor les dijo: "Quiero que os fijéis que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada más nos quedasen estas, vuestras vidas aún estarían llenas. Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche... La arena es el resto de las pequeñas cosas"
Continuó diciendo:
"Si primero pusiéramos la arena en el bote, no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas de golf. Lo mismo sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Ve con tu pareja a cenar, juega con tus hijos, concédete tiempo para ir al médico, practica deporte, disfruta con tu afición favorita..."
.. y terminó con:
"Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, para reparar la llave del agua. Ocúpate primero de las pelotas de golf, de las cosas que realmente te importan. Establece tus prioridades, el resto solo es arena".
Uno de los estudiantes levantó la mano y le preguntó qué representaba el café. El profesor sonrío y le dijo:
"¡Me encanta que me hagas esta pregunta!. El café es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay un lugar para dos tazas de café con un amigo.
Eso está a medio camino entre la arena y los perdigones.
06 septiembre, 2008
Pasar de página
03 septiembre, 2008
La herida abierta
Cuidado con la cabeza
02 septiembre, 2008
Infinita injusticia
Se equivocaron quienes nos vendieron la transición perfecta. Por miedo a la venganza nos quedamos sin la justicia, por miedo a otro golpe de Estado se tragó con todo, por miedo no se depuraron los ejércitos ni las fuerzas policiales del franquismo, que sequirán cobrando retiros suculentos mientras que quienes pasaron 23 años en la cárcel por defender la democracia tienen que justificar cada hora cotizada.
La transición fue callarnos, para ver si así no volvían a matarnos. No se hizo justicia y de ahí nace la infinita injusticia. Hoy, en Alemania, es un delito hacer apología del nazismo o negar el holocausto, pero se puede vanagloriar a quien se encontró con Hitler en Hendaya y contar la historia al revés.
Como dijo Ignacio Fernández Muñoz, el personaje de El corazón helado, "...este es una país de hijos de..."
¡Qué pena de siglo XX!
Os dejo un poema de Marcos Ana
“Mi vida,
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio.
Y un trocito de cielo
por donde a veces pasan
una nube perdida
y algún pájaro huyendo de sus alas”.
01 septiembre, 2008
"...como no podía ser de otra manera".
Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 1 de septiembre de 2008.
Un mundo en guerra
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