Yo pago mis impuestos

E n las películas americanas de mi infancia siempre había un personaje que usaba esa frase para apuntalar sus quejas y exigencias. Confieso que entonces no la entendía y tuve que preguntar qué eran impuestos y por qué decían esa frase. El tiempo me acabó explicando todo y me enteré, no sin dificultad, que las calles, las escuelas y los hospitales se pagan con el dinero de esos impuestos. En teoría paga más el que tiene más, aunque he leído que en Extremadura los asalariados apoquinamos mucho más que los empresarios. Paradójicamente, son éstos los que tienen mejores casas, lujosos coches y visten mejores galas, pero será por alguna razón que ignoro, porque entre gente tan patriota no creo que haya defraudadores. La verdad es que no comprendo a los que se quejan de los impuestos. A mí me gustaría pagar más y envidio a los que tienen que soltar cada año cientos de miles de euros al fisco. Cuando llega la época de la declaración de la renta hasta me suelen devolver dinero y añoro aquel añ