
Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 31 de agosto de 2009.
Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 31 de agosto de 2009.
Me dijeron un día que las columnas de los periódicos tienen un cierto toque avinagrado. Desde entonces no dejo de fijarme en ellas, en las propias y en las ajenas, para ver lo que hay de cierto en esa afirmación. Puede que haya mucho lamento, mucha crítica por casi todo y alabanzas por casi nada, pero habría que alegar como descargo que son muchas las personas que nos piden que mencionemos en las columnas las baldosas de tal calle o el estado de un polideportivo. Por más que les expliques que las autoridades hacen más caso a una carta al director antes que a columnistas de pluma amarga, no se lo creen. Un viernes santo leí una de estas misivas denunciando los clavos que había en un columpio y el sábado de gloria ya lo habían solucionado. Pero hay que reconocer que no abundan las loas ni reconocimientos públicos como debiera, porque ocasiones tenemos de sobra a nuestro alrededor. Por poner un ejemplo citaré al Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, que lleva ya un tiempo realizando actividades para los más jóvenes. Este mismo verano se han impartido talleres en los que los pequeños han aprendido a fabricar piezas con barro o a encontrar y reconstruir vasijas como si fueran arqueólogos. Uno siempre ha pensado que los museos tenían que ser algo más que el lugar al que vamos a ver cosas y que deberían ser irradiadores de la cultura, involucrar a los niños y tener una vertiente menos ceremonial. Imagino que experiencias como ésta las habrá en otros ámbitos y lugares y bueno sería que los columnistas nos hagamos eco de ellas para quitar ese sabor amargo que, según dicen, dejan nuestras palabras.
Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 17 de agosto de 2009.
Si vives en una ciudad extremeña y eres de los que no puedes -o no quieres- huir durante este mes de agosto, tienes que estar preparado para sentir en tres dimensiones aquellas series de ciencia ficción que nos hablaban de bombas de neutrones, unas que mataban todo bicho viviente y dejaban intactos los edificios. El próximo fin de semana será uno de esos en los que se puede recorrer las calles con un silencio inquietante. En ocasiones la quietud esconde otra cara de la moneda y no todo es tranquilidad. Me contaban hace poco que las guarderías públicas cierran todas en agosto y si te toca trabajar has de buscarte la vida. A nadie se le ha ocurrido que podrían dejar una en funcionamiento, de la misma manera que habría que proseguir con experiencias como las de abrir alguna en horarios diferentes a los de la oficina funcionarial. Tal vez nadie haya pensado que el camarero, la enfermera, la cajera del supermercado o el guardia de seguridad tienen horarios tan distintos que habría que tenerlo en cuenta a la hora de planificar los servicios públicos. Así que en nuestras ciudades está casi todo cerrado y sólo están abiertas las piscinas. Bueno, en Badajoz no: aquí somos tan listos que empezamos las obras en junio. Siempre puedes usar las climatizadas, aunque es una lástima que para poder nadar por las tardes en San Roque tengas que ir a sacarte un carné que sólo se expide de nueve a dos y en la Granadilla. En fin, que algún día habría que pensar en diversificar los periodos vacacionales de manera que se evitasen tanto los atascos y la masificación, como el cierre casi total de las ciudades del interior.
Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el lunes 10 de agosto de 2009.
Me descubro ante los responsables de televisión que, lejos de plegarse a los intereses del Jefe de Prensa del Ministro, se han atrevido a emitir este vídeo.
Enhorabuena
"Voy a pedir quién eres para evitar que vengas a este ministerio"
La semana pasada se publicaba el barómetro de opinión hispano-luso y mis amigos de Facebook me animaban a que hiciera algún comentario al respecto. Les dije que no tenía preparados los papeles para el exilio en Elvas y que preferiría callarme muchas de mis reflexiones sobre el culebrón veraniego de la unidad peninsular. Haciendo gala de mi déficit de atención, que es como llaman los modernos a los distraídos de toda la vida, me fijé en lo que más me gusta de todas las encuestas, ese mítico apartado que reúne a los que no saben con los que no contestan. Siempre me ha preocupado que los sociólogos los metieran en el mismo saco. Cuando me llaman a las 4 de la tarde para preguntarme si admiro a José Tomás, yo siempre me quedo callado y no por desconocer al torero (o al sastre), sino por evitar blasfemias de altos decibelios a la hora de la siesta. Lo más curioso de la encuesta no es que casi la mitad de los portugueses quieran unirse al resto de España y la otra mitad quieran ser independientes, sino la notable ignorancia de los españoles hacia Portugal. Tampoco hacía falta una encuesta para ello y bastaba simplemente con observar el tratamiento informativo que los medios nacionales hacen respecto a lo que ocurre en el país vecino. Pero que el 54% de los portugueses sepa que Zapatero preside nuestro gobierno, y que sólo un 1.2% de los españoles sepa quién es José Sócrates, no puede deberse únicamente a esa asimetría informativa de la que tanto se ha escrito y quizá merecería una visita colectiva al especialista. Ahora tendríamos que preguntarnos a qué se debe todo esto: yo lo sé, pero prefiero no contestar.
Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 3 de agosto de 2009.
C ada vez que me cuentan una de las nuevas posibilidades prácticas de la inteligencia artificial siento asombro, curiosidad y también alguna...