Al pobre de Peces Barba le
han dado hasta en carnet de identidad por atreverse a bromear sobre lo que
podría haber sido y no fue. Mientras que la ciencia ficción ha dado para un
género literario y cinematográfico, las elucubraciones históricas apenas llenan
un par de estantes bajo las baldas de novela histórica y poco más. Uno de los
padres de la Constitución, entre chanzas y en tono desenfadado, imaginaba otro
panorama para aquel año de 1640, en el que las tropas de Felipe IV se lanzaron sobre las tierras del oriente peninsular para
aplacar la revuelta de los segadores, y dejaron inerme a Miguel de Vasconcelos en
el oeste y ante la multitud enfervorecida. Hay quien dice que el mapa
peninsular tendría otro aspecto pero los mismos problemas: un trozo desgajado
en la derecha y quizá un problema nacionalista en el occidente. Hablaríamos del
grupo parlamentario de la minoría portuguesa, de Esquerda Republicana de
Portugal y de los clásicos de fútbol entre Real Madrid y Benfica. También
habría quien clamase al cielo contra la inmersión lingüística en portugués en
las escuelas públicas lusas, y en favor de la lengua castellana como la común,auténtica y verdadera de las tierras de España. Peces Barba, no sabemos si por
error o como resultado de una maquiavélica estrategia, ha puesto encima de la mesa un debate tan mal
cerrado a lo largo de la historia como es el de la configuración de los estados
y naciones de estas tierras de conejos, que así las llamaron los fenicios. Sí,
quizá no sea ahora el mejor momento de abordarlo, pero algún día habrá que
hacerlo libres de miedos, amenazas y prejuicios.
Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 31 de octubre de 2011.
Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 31 de octubre de 2011.
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