Antes de que empiece la vorágine electoral me acabo de leer algunos trozos de la ley publicada en enero de este año y hecha por los dos grandes partidos en su afán de hacer desaparecer cualquier tipo de posibilidad de acción política que no pase por sus manos. Algo parecido a lo que ocurrió entre conservadores y liberales en la época de Cánovas y Sagasta, o durante décadas en países como Colombia: alternancia significaba que todo parecía democracia, que se podía elegir que cambiara todo para que todo quedara igual.
No voy a entrar en las subvenciones electorales que se han auto decretado los dos grandes partidos para su funcionamiento, que tampoco son ninguna tontería:
- 21.167,64 por cada escaño obtenido en el Congreso de los Diputados o en el Senado.
- 0,81 euros por cada uno de los votos conseguidos por cada candidatura al Congreso, uno de cuyos miembros al menos, hubiera obtenido escaño de Diputado.
- 0,32 euros por cada uno de los votos conseguidos por cada candidato que hubiera obtenido escaño de Senador.
Pero es que, además, los partidos se van a beneficiar de una triquiñuela de la que muchos ciudadanos son ajenos: Además de las subvenciones a que se refieren los apartados anteriores, el Estado subvencionará a los partidos, federaciones, coaliciones o agrupaciones los gastos electorales originados por el envío directo y personal a los electores de sobres y papeletas electorales o de propaganda y publicidad electoral de acuerdo con las reglas siguientes:
- Se abonarán 0,22 euros por elector en cada una de las circunscripciones en las que haya presentado lista al Congreso de los Diputados y al Senado, siempre que la candidatura de referencia hubiera obtenido el número de Diputados o Senadores o de votos preciso para constituir un Grupo Parlamentario en una u otra Cámara.
Como quiera que los dos partidos mayoritarios son los únicos que se presentan en toda España y que tienen asegurada la constitución de un grupo parlamentario, se aseguran que ese sobre con las papeletas blanca y sepia, dos sobres de cada color, y la carta de Mariano o Alfredo, personalizada y a todo color NO LA PAGAN LOS PARTIDOS SINO NOSOTROS. 34.297.301 millones de electores x 0.22€ por elector hacen un total de 7.545.406 € para cada uno de ellos. Ni que decir tiene que los grandes partidos consiguen forzar a las industrias papeleras para que el mailing les salga por menos. Prácticamente la mitad. Así que los dos grandes con 3 millones y medio de euros nos llenan los buzones y se quedan con otro tanto para sus gastos. Con lo fácil que sería poner en práctica LO QUE SE HACE EN TODO EL MUNDO, imprimir una sola papeleta por elector #imprimirunasolapapeletaporelector y que, por favor, no nos manden, ni Alfredo ni Mariano, una carta que no deseamos y que, encima, pagamos. #nomemandenmailingelectoral (y menos a este precio).
Otro día intentaré cuantificarles cuántos millones derrochamos en papel en cada elección y lo fácil que sería ahorrarlo.
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