02 noviembre, 2011

Papel inútil


Lo fácil que es ajustar el presupuesto en las espaldas de los demás sin pensar en lo fácil que se podrían hacer las cosas si dedicáramos unos minutos. Si alguna vez les ha tocado estar en una mesa electoral habrán podido comprobar que cada urna tiene unos mil sobres con mil papeletas dentro. 
Pero como la ley dice que en cada colegio electoral tiene que haber papeletas suficientes como para que los votantes puedan elegir con entera libertad y posibilidad, pues resulta que hay que imprimir papeletas de cada candidatura tantas como el número de votantes de esa mesa. Imaginemos que los mil votantes de una urna quieren votar "Por un mundo + justo" o "Equo", pues allí tienen que estar impresas. La cuestión es que al final del recuento se han usado mil papeletas y mil sobres y se han desperdiciado 9000 papeletas y unos 1000 sobres, porque siempre se hacen para que sobren. 
En estas elecciones va a haber un número menor de candidaturas, pero la media es de 10 por provincia. Sin tener en cuenta a los "mailings" electorales de los que hablábamos ayer.  Tomando como buena la cifra de 34.927.301 electores, no resulta exagerado decir que para el día 20 de noviembre habrá en nuestros colegios electorales unos 350 millones de papeletas de las que, en el mejor de los casos, no se usarían más de 35 millones. El coste económico de cada papeleta no es mucho, no nos engañemos, no pasa de 0.01€, pero si añadimos los gastos de transporte y almacenamiento de toda esta cantidad estaríamos hablando de 4 millones de euros (salvo que venga un matemático y me diga que estoy hinchando cifras).

¿Cómo ahorrar este despilfarro económico y ecológico? Pues por un lado votando de manera electrónica y, por otro lado, llevando a cabo LO QUE HACEN TODOS LOS PAÍSES DEL MUNDO MENOS ESPAÑAAlgo tan simple como prohibir a los partidos imprimir sus propias papeletas legales y dar como únicas válidas aquellas impresas por la FNMT y que son selladas y entregadas en la mesa electoral tras acreditarse como votante. Una sola papeleta sin sobre, en la que el elector tenga delante TODAS las opciones y pueda realizar su ELECCIÓN (Cuando las monjitas dan el sobre a los viejecitos del asilo  y los llevan en autobús a votar no hacen ELECCIÓN alguna). Y hay que pasar obligatoriamente por la cabina.



Y eso sí, no se imprimen muchísimas más que el número de electores que existen. 


Obviamente, hay demasiado intereses para que una medida tan simple y ahorrativa se ponga en práctica. Pero no me atrevo a escribirlo.





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