De
pequeños nos amedrentaban y nos advertían de que luego vendría el
tío Paco con la rebaja. Finalmente el tío Paco no vendrá de
visita sino que se quedará a vivir con nosotros, y las rebajas no serán hitos
de temporada sino parte de lo cotidiano. El invierno se prevé frío pero nos van
a calentar de lo lindo, ya que los recortes presupuestarios no afectan ni a las
pelotas de goma ni a los
gases lacrimógenos, que siempre hay alguno que no es capaz de llorar motu
proprio. No se repondrán las vacantes dejadas por jubilaciones de maestros
ni médicos y solo se hace excepción para
policías, lo que nos confirma que de nada sirvieron los ejemplos que
aconsejaban gastar más en escuelas hoy para evitar construir cárceles
mañana. Cada Consejo
de Ministros se va convirtiendo en un espectáculo de
guillotina en el que el público espera resignado a que lo nombren
para subir: ayer fueron los funcionarios, hoy el resto de los asalariados,
mañana los niños y ancianos, pasado mañana las personas dependientes, días
después los beneficiarios de la cooperación al desarrollo. En unas
cuantas semanas
aumentará el IVA, dentro de unos meses investigar será un sueño, y no
tardaremos ni un año en ver crecer el número de parados sin subsidios
ni ayudas. Triste panorama para quien mira la televisión y se pregunta cuándo
narices vivió por encima de sus posibilidades si nunca ganó
más de 1000 euros y jamás voló al Caribe.
Hoy el gentío olvida su zozobra a codazos por encontrar un jersey
barato en las rebajas,
pero me temo que éstas no tienen nada que ver con las de aquel tío Paco que
está en boca de todos.
Publicado en la contraportada de EL
PERIÓDICO EXTREMADURA el 9 de enero de 2012. *viñeta de Eneko
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