09 abril, 2012

Prever y proveer

No sé por qué motivo cuesta tanto distinguir entre prever, ver con anticipación o preparar medios contra futuras contingencias, y proveer, suministrar lo necesario o conveniente para un fin. La previsión no es uno de nuestros puntos fuertes y tenemos a gala ser magníficos improvisadores. Comentaban los que usan el tren para desplazarse diariamente a trabajar a Mérida que están preocupados por su próximo traslado al llamado Tercer Milenio. Y no lo están porque no les guste el lugar ni por los nuevos edificios, que saben de buena tinta que son inmejorables. La inquietud radica en que probablemente se verán obligados a cambiar de medio de transporte por la falta de coordinación de otras instituciones. Aunque se sabe que en los próximos meses habrá cientos de trabajadores que tendrán que moverse hacia esa zona de la ciudad, no se ha previsto la construcción de un acceso fácil, rápido y directo para los usuarios del ferrocarril que quieran llegar desde la estación hasta las nuevas Consejerías. Tampoco se prevé transporte urbano y el uso de bicicletas es complicado, ya que no hay ninguna base del servicio en la estación deferrocarril y, además, el servicio está vetado a quienes no están empadronados en la capital extremeña. No sabemos qué estudios de movilidad habrá hecho el consistorio emeritense, pero esperemos que no haya pensado en que los trabajadores de las nuevas Consejerías usen solamente vehículo particular a estas alturas del siglo XXI y con estos precios del combustible. Todo saldrá mejor si se prevén los posibles problemas y no se deja todo a merced de frases como “dios proveerá”. ¿Y si no provee?

Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 9 de abril de 2012. 



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