27 enero, 2014

Lo que no sabemos

De vez en cuando hay algún que otro asuntillo turbio que sale a luz pública, ya se trate de unas oposiciones con resultados sospechosos, falseamientos de datos para conseguir una determinada plaza escolar o comportamientos de dudosa ética cometidos desde lugares de responsabilidad. Basta con que alguno de estos casos salten a los periódicos para que la máquina de la memoria se ponga a funcionar y todo el mundo recuerde casos similares que han ocurrido a su alrededor, desde procesos selectivos con perfiles tan concretos que solo faltaba ponerles nombres y apellidos, hasta gentes que se vanagloriaban sin pudor de tener conocidos en todos los lados para conseguir favores.  

iceberg Ya hemos dicho mil veces que la corrupción de las altas esferas es el reflejo de la que también existe al cabo de la calle. Aunque parezca contradictorio, no debería inquietarnos tanto lo que se va conociendo, donde encontramos casos gravísimos, tramas infames, sinvergonzonerías, trapicheos o, también, simples torpezas. Lo que tendría que empezar a preocuparnos es cuántos casos habrán desangrado nuestros bolsillos sin que nos hayamos enterado. Sí, los males que ahora padece la mayoría de la población se esconden en décadas de picaresca, de alta gama y de andar por casa, y a la que pocas veces se ha podido pillar. Y me temo que vamos por el mismo camino: ya verán como el final de esta crisis de corrupción se acabará centrando en los errores de Elpidio Silva o José Castro y no en el latrocinio continuado de los que parecen claramente culpables.

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 27 de enero de 2014.

20 enero, 2014

Barrios


Como a Serrat, a mí también me privan más los barrios que el centro de la ciudad. Así que en cuanto pude me fui a vivir a uno de gente sencilla, trabajadora y quizá demasiado apática antes muchas situaciones injustas. Hubo un tiempo, a finales de los años 70, en el que las asociaciones de vecinos sí que aprovecharon las ansias de participación democrática. Aquello se vino abajo tras las elecciones locales de 1983, cuando alguien pensó que el movimiento vecinal podía ser un estorbo y convirtió a la inmensa mayoría de las asociaciones en meras gestoras de la verbena anual y de un local para actividades diversas. Cuando en 1995 hubo un nuevo vuelco electoral en los municipios, aquellos mismos que habían matado al movimiento vecinal quisieron resucitarlo, pero ya era demasiado tarde.

Muchos se habían olvidado de que los barrios existen y están habitados por personas que tienen problemas. Quizá por eso se ponen a gobernar y a tomar decisiones desde los despachos, sin pisar la calle, sin estudiar cuáles son las necesidades reales y sin consultar qué es lo imprescindible para sus vidas. Menos mal que surgen, de vez en cuando, levantamientos populares como los del barrio de Gamonal en Burgos, con unas reivindicaciones tan simples como la de evitar obras costosas y faraónicas. Cuando me explicaron el proyecto que pretenden construir en Gamonal tuve que acordarme de otro Barrio, la película de Fernando León de Aranoa en la que unos chavales de la periferia madrileña recibían como premio una inútil moto acuática. Ojalá sea la rebeldía de los barrios la que empiece a poner cordura ante los despropósitos.

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 20 de enero de 2014.

13 enero, 2014

Dimensión


Vi un libro escolar infantil en el que cada imagen novedosa para los niños aparecía junto al dibujo de algún objeto cotidiano, un lápiz o un paraguas, y que servía de referencia para conocer su dimensión real. Así se evitan chascos como los de los chicos urbanitas que visitan una granja-escuela: años y años viendo vacas en la tele y se quedan de piedra cuando ven que son muchísimo más grandes que los perros. Esta pérdida de referencia de las dimensiones no es exclusiva de los más jovencitos, porque si alguna vez han vuelto a su colegio o a una casa de su infancia, todo les parecerá mucho más pequeño.

Me pregunto si somos conscientes de la magnitud de los problemas de hoy, porque esta incapacidad para relativizar dimensiones también puede funcionar en sentido inverso, y quizá no estemos reparando en el tamaño del ciclón que nos engulle.  Me di cuenta cuando me contaban que los jóvenes mejor preparados ya no buscan trabajo aquí al acabar sus carreras, puesto que su primer paso es emigrar para no tener que pasar un lustro mendigando oportunidades. Algunos con sentido del humor dicen que está a punto de salir a antena un programa llamado “Españoles por España”, dedicado a mostrar a nuestros jóvenes esparcidos por el mundo cómo diablos subsisten aquí sus familiares. Pero más debieran preocuparnos los que ya no tienen ni edad para huir: me estremeció leer un texto que hablaba de emigrar hacia dentro y su lectura fue como el dibujito que daba referencia del tamaño de las cosas, porque las cifras macroeconómicas mejorarán, sí, pero los dramas individuales y generacionales empiezan a escapar a todos nuestros parámetros.

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 13 de enero de 2014.

06 enero, 2014

Ilusión



Para muchos la palabra del día es ilusión, una de las voces más equívocas de nuestro diccionario. Si sales a la calle para preguntar en qué consiste, es muy probable que la mayoría de las respuestas se vayan directamente hacia la segunda acepción académica, la que la define como “esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo”, o incluso a la tercera, la que habla de la “viva complacencia en una persona, una cosa o una tarea.

Si han aprendido algo de idiomas habrán comprobado que illusion en inglés o francés, o ilusão en portugués son falsos amigos camuflados, porque sí que coinciden con la primera definición de la RAE, la que nos remite al “concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos”. No quisiera desilusionar a nadie en un día como el de hoy, así que disfruten del perfume o de ese videojuego que estaban deseando. Pero no me negarán la curiosidad de una palabra que nos transmite tanta alegría y que tiene su origen en la falsedad y la mentira. Habría que psicoanalizar las razones por las que el castellano le ha dado la vuelta al término, aunque me temo que no sea tanto por un exceso de espíritu optimista sino por cierta facilidad para ser engañados y quedarnos contentos.  En un tiempo en el que se fabrican demasiadas imágenes de laboratorio construidas sobre la nada, a uno le gustaría que los anhelos, los ánimos y las confianzas surgieran del deseo por modificar las realidades y no de la costumbre de tragarnos ficciones y apariencias que solo pretenden adormecernos.  Mantengan la ilusión, por favor, pero no sean ilusos.

Publicado en EL PERiÓDICO EXTREMADURA el 6 de enero de 2014. 

04 enero, 2014

Salario mínimo

Propongo una idea gratuita a cualquier televisión de esas que gustan tanto de realities. Se trataría de un concurso titulado salario mínimo y que reuniría a 12 políticos (6 varones y 6 mujeres) de distintas formaciones políticas y que tendrían que subsistir con el salario mínimo durante tres meses. Como sabemos que es imposible, se les podría dar una paga extra al inicio, para que busquen un lugar donde vivir y además no les pondríamos ningún familiar a cargo. (Ni que decir tiene que es una ventaja descomunal)

 Y nada, el resto sería enseñarnos a los demás cómo hay que vivir con esa cantidad. Muchos pensarán que esta propuesta es demagogia pura, pero yo creo que sería un ejercicio clarificador, para que se dieran cuenta de que su mundo, el que pretenden regir, no tiene nada que ver con el que padecemos los humanos.

Un mundo en guerra

Un periódico de la capital anunciaba el pasado domingo que Europa se estaba preparando para un escenario de guerra. La palabra escenario es ...