Humor, textos y contextos
En febrero de 1991 la asociación de mujeres Agustina de Aragón dio una rueda de prensa para denunciar que una fiesta carnavalera llevaría el título de “mi marido me pega”. Semejante ocurrencia no había surgido de la nada, sino que era el producto de el último éxito televisivo de la nochevieja, en el que uno de los miembros del dúo Martes y Trece estuvo hasta las tantas repitiendo la frase con una peculiar pronunciación del último fonema consonántico. Reconozco que nunca me hizo mucha gracia ese dúo humorístico y que desde aquel día pasó a no hacerme ninguna. La cuestión es que gran parte de la población consideró un exceso la queja de la asociación de mujeres y continuó riéndose con los programas de Josema y Millán, con los chistes de gangosos y tartamudos, con los que vejaban a los homosexuales, los que rezumaban zafiedad machista o los que denigraban a negros, moros o gitanos. Hemos avanzado y hay cosas que ya no se volverían a repetir. El humor es un sentido tan necesario com