01 julio, 2015

Consejos reencontrados

Estoy revisando todos y cada uno de mis escritos que pudieran estar colgados en internet o un alguna recóndita hemeroteca digital: la posibilidad de dedicarme activamente a la política partidaria aconseja echar un vistazo por si hubiera algún párrafo comprometido o una alabanza inoportuna a alguien caído en desgracia. He empezado por un blog que creé a finales de 2005 y resulta curioso repasar aquellos años en los que todo iba bien y el mayor problema era el “efecto llamada” de las leyes de extranjería. Todavía no he llegado a la crisis económica de 2008 y, mientras escuchaba en la tarde de ayer el discurso de investidura de Fernández Vara, me encontré con lo que había escrito el día siguiente de las elecciones autonómicas de 2007, con un párrafo de consejos para el gobernante.

Aquel día me atreví a escribir lo siguiente: la democracia es tan importante que sería muy triste que ayer hubiera acabado todo hasta el año 2011. Está muy bien llevar varios meses recorriendo pueblos y hablando con todos los sectores, pero de nada valdrá si se encierra en el palacio de gobierno y pierde el contacto con la realidad de los gobernados. Piense en los que no le han votado y no olvide que también tiene que gobernar para ellos y nunca contra ellos. Rodéese de gente con sentido crítico, porque los aduladores siempre acaban acercándose al poder y nunca sirven para hacer ver los errores. Cumpla lo prometido y explique sinceramente sus cambios de parecer. Destierre de los usos de la política aquello de que rectificar es una muestra de debilidad porque es prueba de sabiduría. Cuando tenga que tomar una decisión póngase en el lugar del otro antes de resolver. En caso de duda, decántese por el más débil. Que las cifras no le hagan olvidar a las personas que están detrás.

Con la perspectiva de saber lo que ha pasado en los últimos ocho años, uno tiene la sensación de que aquellas palabras quizá no sirvieron demasiado: muchos de los males que hemos padecido, y que los ciudadanos griegos conocen más que nadie, son consecuencia de olvidar que existen personas que sufren por causa de decisiones políticas. Por eso es necesario estar vigilante, sopesar muy bien cada paso que se da, y escuchar las críticas constructivas aunque nos duelan.


Del discurso de Vara de ayer me llamó la atención un análisis sobre la educación que hacía años que se tenía que haber abordado: la dependencia del éxito o fracaso escolar en función del entorno socio-económico de las familias. De nada nos sirve poner mil exámenes y reválidas si no nos damos cuenta de que es la pobreza y la desigualdad lo que lastran a la sociedad extremeña desde la más tierna infancia. Un escollo que se repite posteriormente en el trabajo, en el sistema productivo, en el territorio y en un largo etcétera. Haberse dado cuenta es un paso importante, olvidarse de nuevo sería imperdonable.

Publicado en el diario HOY el 1 de julio de 2015.




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