24 agosto, 2022

Aunque usted pueda pagarlo

A todos se nos han quedado grabadas frases lapidarias procedentes de anuncios publicitarios machacones. En la radio de antaño hablaban de un anís del norte cuya presencia siempre agradaba y de un brandy que era cosa de hombres. Durante mis primeros años en Extremadura, tras la llamada crisis del petróleo de 1973, me quedé impactado con un anuncio institucional en el que una voz grave y potente nos conminaba a apagar las luces, bajar calefacciones, usar menos el coche y economizar al máximo el gas butano para ahorrar energía. Al final del anuncio el tono de aquella voz se alzaba y nos soltaba aquello de que “aunque usted pueda pagarlo, España no puede”.

 

Quienes andábamos estudiando la EGB no entendíamos del todo la frase. Si nosotros podíamos pagar el recibo de la luz, ¿qué demonios significaba eso de que España no podía? Estos días he podido encontrar en las hemerotecas los anuncios a toda página de aquella campaña, en la que un día tras otro daban consejos para consumir electricidad o agua caliente “como si quedara poca”, o explicaban cómo gastar menos combustible. Pensaba que la campaña se había desarrollado cuando estalló la crisis del petróleo, pero he descubierto que duró más de lo que cabe imaginar, ya que algunas páginas datan de los días en los que Arias Navarro dejaba la presidencia del Gobierno y Adolfo Suárez se iba a trabajar al nº 3 del Paseo de la Castellana, porque todavía no tenía el Palacio de La Moncloa el uso actual.

 

Imagino que fue en aquella época en la que nuestra generación adquirió la costumbre de ir apagando las luces por toda la casa y de cerrar las puertas de cada habitación para que no se fuera el calor de la estufa catalítica, porque eso de la calefacción central y el aire acondicionado no estaba al alcance de todos. No sé cuándo dejaron de emitir aquellos mensajes, pero me consta que con el tiempo se fueron relajando los cuidados y comenzamos a pensar, individual y colectivamente, que los recursos energéticos del planeta eran infinitos y que lo de la escasez de gasolina era un argumento para las películas de Mad Max.

 

Mañana se votarán en el Congreso las medidas aprobadas por el Gobierno para ahorrar energía y poder soportar un invierno que parece complicado. Imagino que no habrá un amplio consenso. Lo que sí me gustará conocer son las medidas que propondrán quienes llevan un mes echando pestes de todas las previstas. Tal vez tengan razón y lo de apagar escaparates, limitar a 27 grados el aire acondicionado o promocionar el uso gratuito del tren para usuarios recurrentes sean menos eficientes que las que han descubierto y nos desvelarán mañana en una magistral puesta en escena.

 

Europa tiene ahora mucha prisa por ahorrar energía, pero quienes saben de estos temas llevan décadas anunciando que las distopías de Mad Max ya existen en otros lugares de la tierra, pueden llegarnos más cerca y afectar a elementos de primera necesidad como el agua o los alimentos. Aunque ustedes puedan pagar todos los recibos y estar en contra de todas las medidas tomadas, propongan otras mejores. Se lo agradeceremos.

 

Publicado en el diario HOY de Extremadura el 24 de agosto de 2022.




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