28 septiembre, 2010

Cerrado por huelga

Disipando las últimas dudas,...

...y al final me ha convencido Zapatero.


11 últimos minutos para pensar

La clase trabajadora (XIV)

Iba a escribir algo sobre la cuestión, pero el día 18 lo hizo Isaac Rosa. Mucho mejor.
“Esperamos que la huelga general no sea violenta. Además, no hay mucho entusiasmo entre los trabajadores para secundar el paro.” -José María Lacasa, Secretario General de CEOE-
.
Ya sabemos, desde el mismo día que se convocó, que la huelga general del 29 será irremediablemente un fracaso, que no merece la pena que nos molestemos en hacerla. También deberíamos saber que, en el improbable caso de que sea un éxito, o que no sea el fracaso anunciado, será por culpa de violentos piquetes sindicales que sembrarán el terror en calles y polígonos. En la campaña mediática antisindical ya ha empezado a asomar el fantasma del piquete, del que oiremos hablar mucho los próximos días.
Los empresarios dicen que tienen miedo, y hace un par de días la CEOE exigió al Gobierno que “garantice el derecho al trabajo, y la seguridad de las personas y de las instalaciones empresariales”, para lo que piden una “línea caliente” donde denunciar cualquier hecho violento.
Está bien que la patronal defienda el derecho al trabajo, aunque sea sólo por un día, y precisamente el día en que los trabajadores están convocados a no trabajar. Y yo secundaría su propuesta de mano dura contra los piquetes si fuese extensible a todos, no sólo a los sindicales. Porque hay otros piquetes, los revientahuelgas, que hasta ahora se están mostrando mucho más activos que los huelguistas.
Ahí está, por ejemplo, el ruidoso piquete mediático, que trabaja a toda máquina para desprestigiar a los sindicatos y desmovilizar a los trabajadores. Está también el piquete político, encabezado por el PP, que se ha tomado la huelga como algo personal. Habrá previsiblemente otro piquete activo el 29: el de los servicios mínimos. Las últimas experiencias invitan a pensar que una vez más serán servicios máximos, para dar apariencia de normalidad en una jornada anormal.
Y está también el piquete empresarial, que ya está actuando en algunas empresas para que los trabajadores se lo piensen dos veces antes de hacer huelga. Por supuesto que los empresarios no están obligados a dar facilidades para que sus empleados hagan huelga, pero todos conocemos casos de trabajadores –sobre todo los más precarios- que no harán huelga no porque no quieran, sino porque no pueden, porque temen consecuencias. Y eso también es violencia.

Informarse antes de actuar



Esto sí que explicar las cosas decentemente y no el Cikilicuatre.


27 septiembre, 2010

Vivir de un sueldo

Desde hace siglos existe una mayoría de la población que subsiste gracias al trabajo que realiza y al sueldo que recibe. Históricamente, las personas trabajadoras nunca pudieron pedir unas mejores condiciones, porque el sistema estaba montado para que obedecieran y acataran aquello que se le daba. Y los tiempos fueron avanzando, llegaron las revoluciones industriales y fueron surgiendo conciencias que empezaron a reclamar un trozo de vida. Fue así que con huelgas y sufrimiento consiguieron el descanso semanal, luego la jornada de ocho horas, más tarde el seguro de enfermedad, después las vacaciones pagadas, permisos de maternidad y hasta de paternidad. Ninguno de esos logros que hoy disfrutan los trabajadores, que en su momento fueron considerados utopías, habrían sido posibles si no se hubiera batallado por ellos. Porque nada fue concedido y todo fue arrancado en la lucha. Quienes vivimos de un sueldo no podemos firmar un artículo en el Financial Times para que los gobiernos nos hagan caso. Los poderosos sí pueden amenazar a los gobiernos y hacerles seguir sus dictados. Los que viven de un sueldo no tienen más arma que salir a la calle o hacer huelga para poder mantener sus condiciones de vida. Por eso no acaba uno de entender que haya trabajadores que no sepan cómo defender su dignidad, que se confundan de enemigo, que se queden criticando defectos en el dedo que señala en lugar de mirar hacia la avalancha que se les avecina, y que crean más a quien les quita sus derechos que a quien pretende defenderlos. Esta semana nos convendría leer un poquito de Historia a los que vivimos de un sueldo. 

26 septiembre, 2010

Mañana se cumplen 35 años

Y el sábado emitió La 2 este magnífico documento histórico.

La clase trabajadora (XII)

Un interesantísimo artículo de Juan Torres López. Para seguir pensando, una de las pocas actividades gratuitas que van quedando en este mundo. No sabemos por cuanto tiempo.

Desde el mismo momento en que los sindicatos convocaron la huelga general del 29 de septiembre, los medios de comunicación, los periodistas y dirigentes de derechas, los economistas liberales... comenzaron a decir que no había razones para la convocarla pero a medida que se han ido explicándolas lo cierto es que han tenido que cambiar de discurso. Cuando ya se ha hablado con docenas de miles de trabajadores sobre la reforma laboral y mucha más gente sabe de verdad en qué consiste, no resulta tan convincente seguir diciendo que no hay razones para convocar una protesta contra ella.

Un conocido catedrático de Ciencia Política, Fernando Vallespín, reconocía hace unos días que la huelga tiene "una gran capacidad expresiva, ¡qué duda cabe!, e incluso puede ser bienvenida como muestra del rechazo a quienes nos hacen tragar con medidas injustas" (El País, 17-09-2010). Pero que "al día siguiente, sin embargo, todo seguirá igual".

Esa es la nueva manera de desactivar la huelga, decirle a los trabajadores y trabajadoras españoles que no vale la pena hacerla porque no va a servir para nada.
Es normal que cada persona tenga su opinión sobre los resultados que puede tener una huelga general pero lo sorprendente es que quienes afirman tan tajantemente que no va a servir para nada la combatan tan duramente. Si la huelga del día 29 no va servir para nada, si al día siguiente todo va a seguir igual ¿por qué se preocupan entonces tanto por ella, por qué gastan tanta tinta y tantos discursos en descalificarla? Si esta huelga es tan inútil, ¿a qué viene tanta crítica a los sindicatos por convocarla? Si es inocua ¿qué importancia tiene, por qué no dejan en paz a la gente que quiere hacerla si al día siguiente nadie habrá notado nada?

Hay mucha falacia en los argumentos de quienes tratan de desactivar la huelga de esta forma. Ya señalé en un artículo anterior (Hay razones para apoyar la huelga general) que no hay un solo derecho laboral o social que se haya regalado a los trabajadores, que no haya sido el resultado de luchas y de huelgas, y si eso lo sabe alguien bien son los militantes socialistas y de toda la izquierda. Si no se hubieran hecho, aún seguiríamos en las cavernas. Si a lo largo de la historia ha habido algo útil es la movilización social y las huelgas. Lo inútil hoy día, como antes en tantas ocasiones, sería dejar que se siguieran aplicando recortes a los derechos sociales y laborales sin decir nada. Y para defenderlos lo que hay que hacer es exactamente lo mismo que se hizo para conquistarlos: movilizarse y reclamarlos, ahora, mediante la huelga del día 29.

Es verdad que una huelga puede tener más o menos éxito a la hora de conseguir el resultado que se propone (echar atrás, en este caso, la reforma laboral), que unas huelgas han logrado sus efectos de modo inmediato y otras más tarde, pero las únicas huelgas completamente inútiles han sido las que no se han hecho.

Por eso es muy significativo que quienes descalifican la convocatoria de huelga se dediquen a criticar a los convocantes y no a poner en cuestión los argumentos que éstos utilizan para convocarla. Ahora resulta que la cuestión central es que los sindicalistas son unos privilegiados caprichosos y no los argumentos que plantean para convocar a los trabajadores. Porque, si llevan razón en sus demandas ¿no sería lo lógico que se unieran a ellas? Más bien se da a entender así que la verdadera preocupación de quienes rechazan la huelga es que se pongan en cuestión las medidas que se están adoptando y por ello que no se dedican a hablar de ellas sino a evitar que tenga éxito su puesta en cuestión.

Pero es precisamente por eso que cualquier huelga es útil incluso aunque no alcance el objetivo concreto que persiguiera. Es útil porque en la convocatoria se habla con millones de personas que se informan, que toman conciencia y que se pronuncian.

Es una significativa casualidad que quienes tanto critican la convocatoria sean precisamente los responsables de las programaciones televisivas, los que diseñan la agenda del debate social en la que ocupan un lugar tan marginal las cuestiones laborales y sociales y en el que apenas tienen sitio los que no defienden sus posiciones. Si están tan seguros de que la huelga no tienen razones y es inútil, ¿por qué no dedican más tiempo a informar y debatir con pluralidad de las políticas que se están aplicando?

También se afirma que la huelga será inútil porque el gobierno no cambiará de postura. Una razonamiento que realmente parece surrealista que se haga en un país que tiene un presidente que antes incluso de tomar posesión como tal ya había dado la orden de retirar las tropas de Irak precisamente para responder a la movilización social que lo pedía constantemente. ¿Acaso habría podido hacer eso José Luis Rodríguez Zapatero sin la presión anterior de millones de personas en las calles?

Choca mucho que los que salen a la calle y llaman a la gente a salir para otras cosas digan que es inútil que sean los trabajadores quienes lo hagan para defender sus derechos ¿No es bastante evidente que saben que eso no es inútil sino todo lo contrario, que temen que lo hagan porque saben que así antes o después lograrán evitar que se tomen esas decisiones?

Quienes descalifican la huelga están diciendo constantemente que se trata de una convocatoria caprichosa de los sindicatos. A mí me parece extraño que intelectuales y líderes sociales tan brillantes y bien formados no aborden la huelga como lo que efectivamente es: un derecho de los trabajadores. ¿Se atreverían a decir en otros casos que se abusa del derecho a la libertad de expresión o a la libertad de empresa cuando éstos simplemente se ejercieran por los interesados? Si la convocatoria de huelga es legal y ajustada a las normas, ¿cómo se puede decir que es inútil? ¿acaso el ejercicio de los derechos está supeditado a su utilidad? ¿Cómo es posible que el problema sea que unos ciudadanos quieran hacer uso de un derecho y no que otros más poderosos los acosen por ello o que incluso intenten quitarle ese derecho, como han anunciado algunos dirigentes del Partido Popular? ¿Cómo es posible que el problema de un país sea el ejercicio de un derecho y no las declaraciones de Jiménez Losantos ("Interior debería mandar a la Policía a clausurar las sedes de CCOO y UGT").

Se afirma también que la huelga solo será útil para disminuirá la confianza en el país, lo que sin duda supone confundir el todo con la parte. En todo caso, y no necesariamente, disminuirá la confianza en España ¡de los banqueros y especuladores! Pero la pregunta es si basar el desarrollo económico y el social en esa exclusiva confianza es lo más deseable, sobre todo, después de haber podido comprobar a dónde llevan sus designios cuando, como en los últimos años, no se les ha puesto freno y no ha habido frente a ellos contrapoderes suficientes.

Es curioso este tipo de argumentario. La experiencia demuestra que los gobiernos por sí solos no son capaces de poner frenos al capitalismo especulador y cuando la ciudadanía se hace fuerte para que los gobiernos puedan ponerle límite regulando de otra forma su actividad, se dice que ésta movilización es inútil. ¿En qué quedamos? ¿No ha sido mucho más inútil en realidad la política de los gobiernos para evitar la hecatombe financiera que hemos vivido?

También se dice que convocando la huelga, lo que hacen los sindicatos y la izquierda que la apoya es "ignorar a los mercados", como también critica Vallespín. Un argumento falaz. Lo que hacen al convocarla, por el contrario, es tenerlos muy presentes aunque para tratar de ponerlos en su sitio, para hacer que se sometan a las demandas sociales evitando que éstas sigan siendo sus esclavas. Precisamente porque no se ignoran y se sabe muy bien cómo funcionan es por lo que se tiene el convencimiento de que hay que controlarlos. Y justo porque se conoce la historia de los mercados se sabe que no hay forma de hacerlo que no sea mostrando la fuerza de la sociedad frente a quienes los dominan en su propio provecho.

También me parece muy débil el argumento de que la huelga del día 29 "deslegitima a un Gobierno de izquierdas", como igualmente escribe Vallespín.

Como tal, lo deslegitima más bien la privatización y bancarización de las cajas de ahorros, el freno que el propio gobierno ha puesto a los avances en las políticas de igualdad, el recorte del gasto social o esta reforma laboral sobre cuyo objetivo ni siquiera se ponen de acuerdo quienes la defienden, seguramente, porque saben que lo que realmente va a provocar es indefendible.

La huelga, en todo caso, deslegitima a esas políticas que son claramente de derechas, no solo por antisociales, que lo son, sino porque son contrarias a lo que conviene hacer para salir de la crisis, para recuperar la actividad económica, para crear empleo y para lograr más equidad y bienestar social. Por tanto, la huelga no deslegitima a un gobierno de izquierdas sino que precisamente trata de facilitar que lo sea efectivamente.

Es una evidencia que el partido socialista ha ido perdiendo apoyo a medida que ha ido tomando medidas de esa naturaleza, así que la huelga no es lo que lo debilita sino todo lo contrario, lo que puede lograr que recupere apoyo si recobra su pulsión social y su práctica socialdemócrata. Lo que ha deslegitimado al gobierno ante su electorado es su falta de credibilidad por haber seguido los análisis de quienes ahora atacan a la huelga y un giro a la derecha que no estaba en el contrato que firmó con sus electores y que es justamente lo que la huelga general trata de corregir, lo que permitiría que el gobierno recobre el perfil socialdemócrata que ha ido perdiendo a pasos agigantados y que tan necesario ha sido y es para que el progreso social se consolide en nuestro país.

24 septiembre, 2010

La clase trabajadora (X)



En la planta catorce del pozo minero
de la tarde amarilla tres hombres no volvieron
hay sirenas, lamentos, acopasados aies
a la boca del pozo.

Dos mujeres de luto anhelando dos cuerpos
y una madre que rumia su agonía en silencio
es el tercero.

A las diez la luna clara
se refleja en las sortijas del patrón recién llegado
con sombrero, gravedad y su aburrido gesto.
El ha sido el primero, vendrán gobernadores
alcaldes, ingenieros.
tratarán de calmar,
la presentida viuda que se muerde el pañuelo
no sabrán acercarse a la madre que les mira
con los ojos resecos.

A las doce el patrón mirara su reloj
los otros ya se fueron
y en un punto y aparte esbozará un fastidio
mientras piensa ¿pero dónde están estos?

Ha llegado otro relevo de bomberos
y la una menos diez era la noche
el primero muerto
Sentados en el suelo, los mineros
se hacen cruces y reniegan de Dios
quién diría les pillara de sorpresa la tragedia repetida
a veces el más bravo se le queda
mirando fijamente al patrón
con dientes apretados
Y el patrón con sombrero,
tiene dos policías a su lado no hay cuidado

Tres horas lentas pasan
a la luz de las linternas asustadas
el cura con los ojos arrasados
al segundo le va uniendo sobre el pecho las manos
y un chaval de quince años
mientras llora impotente se abraza contra un árbol
y el chófer del patrón con su gorra de plato
se siente desplazado, es un hombre prudente,
bien domado.

El rocío ha calado hasta los huesos cuando sale el tercero
le recibe con sonrisa gris azul la madrugada
y con voces los mineros
mientras se abrazan todos y uno de ellos
el más fiero por no irse al patrón
llora en el suelo.

22 septiembre, 2010

La clase trabajadora (VIII)


Si un amigo con el que tienes diferencias se está ahogando lo que hay que hacer es salvarlo y, después, arreglar las diferencias y abroncar por la temeridad o por lo que sea. Así que podría mostrar mis discrepancias sobre muchas practicas sindicales, pero no voy a caer en el error de empezar ahora a desgranarlas, porque la situación  requiere de otras urgencias. El fascismo ideológico y mediático, que en algún momento pensé que iba a alentar la huelga general como forma de derribar al gobierno, está echando el resto para que , cunado lleguen nuevamente al poder, no haya ni un resquicio de organizaciones de clase trabajadora. Hay noticias que pasan por alto datos fundamentales y que se dedican a titular como un tabloide y propiciando que salga la mala baba integral de todos esos fascistillas que pululan tras los comentarios de la prensa. 

La mayor injusticia que se puede cometer en el día a día es la generalización. Yo conozco a funcionarios vagos, a profesores impresentables, a médicos infames, a dependientes horribles, a mecánicos tramposos, a fontaneros ladrones, a albañiles chapuceros y a sindicalistas que dejan mucho que desear. Pero también puedo darles ejemplos de magníficas y eficientes personas en las mismas posiciones y puestos. Así que ya esta bien de decir que TODOS los XXXX son unos YYYY porque eso no se sostiene por ningún lado.

A los sindicatos se les olvida decir muchas cosas. una de ellas es que existe algo llamado elecciones sindicales, que legitiman tanto o más que el resto de elecciones. Los llamados liberados sindicales no son sino trabajadores que, de una manera u otra, han sido elegidos por sus compañeros y compañeras. No conozco a casi nadie  que se meta a esto de defender los derechos de los trabajadores por una liberación o por horas sindicales. Es más, cuesta mucho conseguir que alguien hasta se presente a las elecciones sindicales porque todavía nos faltan muchos años de cultura democrática, incluso en las generaciones más jóvenes.

Pero prometo no volver a mencionar este asunto porque esto es un señuelo para evitar hablar de lo importante. Ayer, intentando buscar información sobre la nueva reforma laboral , google me llevó aquí a una página destinada a asesorar a los empresarios sobre el asunto. Si tenían dudas, aquí se pueden disipar fácilmente. 

21 septiembre, 2010

La clase trabajadora (VII)

En este enlace se puede ver un fragmento de Los lunes al sol. En el minuto 2:19 el personaje interpretado por Bardem dice una de esas cosas que todas las personas de clase trabajadora deberían tener presente. No te preocupes tanto si tu lucha servirá o no, si se olvidará o no. Porque cuando se está codo con codo junto a los que sufren como tú, cuando se tiene ese vínculo de unión, la lucha ya merece la pena. Aunque solo sea por eso.

20 septiembre, 2010

Vivir de rentas

En el colegio tenía ataques convulsivos de pereza que no llegaron a tener fatales consecuencias. Me decían que me había salvado porque vivía de las rentas, pero yo no lograba entender la expresión, quizá porque nunca había visto a nadie en mi familia con ese medio de subsistencia. No tardé en conocer, de lejos y por referencias, qué era eso de vivir de rentas, la envidiada vida de quienes no necesitan trabajar y sólo tienen que mover los hilos para seguir ganando el pan y todo tipo de viandas y bienes. Cuando tu negocio te permite que la existencia sea sólo ocio, entonces se modifican los puntos de vista de una manera sustancial. El banquero Botín decía esta semana que no había que poner impuestos a la banca porque perjudicarían la economía. No especificaba la economía de quién, pero sospecho que se refería a la suya. En cambio, la bajada de sueldos y el abaratamiento del despido sí que son buenos para la economía (tampoco especifican la de quién). Lo que más me admira de quienes viven de rentas es su capacidad para defender sus derechos, sin fisuras ni salidas de pata de banco. No hay ninguno que esté a favor de las subidas de impuestos, ni uno solo que abogue por crear más servicios sociales, ni siquiera un despistado que apueste por incrementar los salarios de esos desgraciados que tienen que trabajar duro para vivir. Siempre saben cuál es la opción que más les conviene y cuál es la manera de favorecer sus intereses desde los gobiernos. En cambio, los que vivimos de un sueldo somos capaces de defender al que nos quita el pan de la boca. Pero eso lo dejaré para el lunes que viene.


La viñeta, magnífica como siempre, es de EL ROTO.

19 septiembre, 2010

Labordeta

Lo que somos, nuestra manera de ver el mundo, se la debemos en gran parte a pequeños detalles que hacen que tomemos un camino o que empecemos a pensar de otra manera. En la navidad del año 1976 hicimos el habitual viaje de regreso desde Monzón (Huesca) hasta Badajoz, en un Renault-6, con tres cintas de casete que mi padre había comprado aquella tarde: el primer álbum de La Bullonera, el primer álbum de Joaquín Carbonell (Con la ayuda de todos),  y una cinta de Labordeta, del álbum Cantes de la tierra adentro. Aquellos viajes duraban 14 horas, salíamos muy de madrugada, y era habitual que nos parara la Guardia Civil ante la extrañeza de ver un coche de Badajoz por esas carreteras y a esas horas. Mi madre escondía las cintas en un acto reflejo a pesar de que el dictador había muerto hacía un año (no así la dictadura).

Esas tres cintas de casete me las aprendí de memoria. Los tres años siguientes no pedía otra cosa cada vez que me tenían que hacer un regalo y así fui recopilando casi toda la discografía. Y todavía la tengo en viejos casetes de movieplay, con una etiqueta de color rojo anaranjado que se acababa despegando. No exagero si digo que escuché doscientas veces el disco Labordeta en directo (1977) y cuando en clase nos dijeron que teníamos que recitar un poema, allí fui yo con el Retrospectivo existente de su hermano Miguel, asombrando al hermano marista y poniendo un toque de color entre los cañones por banda de mis compañeros.

Tres veces lo vi actuar. La primera en unas fiestas de Fonz (Huesca) y después en las dos únicas veces que actuó en Badajoz, una en el teatro López de Ayala y otra en el Salón de Actos de Magisterio. Allí pude hablar con él y me firmó su ejemplar de Aragón en la mochila.

Para los aragoneses se va una figura importantísima. No creo que haya territorio peninsular en el que una persona, con una posición política tan definida y tan poco ambigua, pueda suscitar tantas unanimidades y adhesiones, incluso de quienes no piensan como él. Polifacético, divulgador de las tierras y las gentes en aquellos magníficos programas de televisión, se nos va un hombre irrepetible, al que debería rendirse homenaje dentro y fuera de Aragón. 

Muchas veces he pensado que mi manera de ver el mundo se la debo, en gran medida, a aquellas tres cintas de casete. Por eso, esta mañana, cuando he sabido que Labordeta se había ido, he tenido la sensación de que se me iba un pedazo de vida.

18 septiembre, 2010

La clase trabajadora (VI)

Otra canción histórica y animada.



Orgulloso de estar entre el proletariado
Es difícil llegar a fin de meses
Y tener que sudar y sudar
"pa" ganar nuestro pan

Este es mi sitio, esta es mi gente
Somos obreros, la clase preferente
Por eso, hermano proletario, con orgullo
Yo te canto esta cancion, somos la revolución

Si señor ! la revolucion
Si señor !, si señor, somos la revolución
Tu enemigo es el patrón
Si señor !, si señor, somos la revolución
Viva la revolucion

"estyhasta" los cojones de aguantar a sanguijuelas
Los que me roban mi dignidad
Mi vida se consume soportando esta rutina
Que me ahoga cada dias mas

Feliz el empresario, mas callos en mis manos
Mis riñones van a reventar
No tengo un puto duro, pero sigo cotizando
A tu estado del bienestar

Resistencia !

Este es mi sitio...

En esta democracia hay mucho listo que se lucra
Exprimiendo a nuestra clase social
Les importa cuatro huevos si tienenes catorce hijos
Y la abuela no se puede operar

Somos los obreros, la base de este juego
En el que siempre pierde el mismo "pringao"
Un juego bien pensado, en el que nos tienen callados
Y te joden si no quieres jugar

Resistencia !
Des-o-be-dien-cia !

17 septiembre, 2010

La clase trabajadora (V)

20 años tiene la canción. Y no hay manera de que pierda actualidad.



Pobrecito del obrero, nunca le llega el dinero
Pobrecito del obrero, le pagan poco dinero
Pobrecito del obrero, que nunca tiene dinero
Pobrecito del obrero, no tiene ni pal sombrero

Impuestos al día, alto interés y crédito rápido
Somos la mejor esponja, te lo absorvemos todo
¡Toma, toma!, nada que no te engaño
¡Somos la tía del anuncio! ¡Esta es tu casa!
¡Tenemos la mejor patada para tu culo!

Yo no maldigo mi suerte, porque minero nací
y aunque me ronde la muerte, no tengo miedo a morir

16 septiembre, 2010

La clase trabajadora (IV)

Este vídeo tiene ya sus años. Pero ahora es más interesante que cuando se hizo y tiene muchas enseñanzas para reflexionar en este mes de septiembre.

15 septiembre, 2010

La clase trabajadora (III)


Una joya. El vídeo es de mayo de 2009. Lo que no sé es si los que lo hicieron estarían dispuestos a actualizarlo. Me encanta el slogan final: "Si les dejas lo hacen".

La versión actualizada podría ser: "No os preocupéis. Se lo vamos a dejar hecho"

13 septiembre, 2010

Pues sí, el tiempo pasa


Habrá que dejar el licor y empezar a pensar en medicamentos.

Jorobar

Nos parece que hemos vivido mucho tiempo hasta que nos sorprenden con nuevos dinosaurios. El de la semana pasada, el más reciente de los encontrados, tiene 125 millones de años. Casi nada. A su lado todos somos infinitamente jóvenes. Eso sí, parece ser que el dinosaurio tenía una joroba. No sé si la tenía ya cuando vivía o se le ha desarrollado de repente, cuando ha visto la luz y se ha encontrado en una época realmente jorobada. Jorobar es un verbo reconocido por la Academia y ha acabado siendo sinónimo de fastidiar y molestar, aunque creo que el origen de esta acepción se remonta a una tendencia eufemística de no mencionar otro verbo que comienza por la misma sílaba. No sé si hay campeonato mundial de jorobar al aire libre, pero la roja podría tener una selección de altísimo nivel y multidisciplinar. Es fácil encontrase en cada grupo humano con alguien cuyo quehacer fundamental es tocar las narices a los demás sin siquiera obtener un beneficio personal. Una administradora de fincas contaba que los más temidos de una comunidad de vecinos eran los jubilados ociosos, capaces de crear problemas donde no los hay y oponerse a todo para ganar protagonismo. Tal vez deberíamos haber evolucionado como aquel dinosaurio, habríamos regulado los calores de este verano con la joroba, y ya no nos quedarían ganas de conjugar el verbo. Pero aquí estamos, erguidos, acercándonos lentamente hacia la vejez, y a la espera de un otoño de esos que llaman caliente. Preguntas cómo va todo y te responden que la cosa está jorobá. Preguntas qué se puede hacer y todos son excusas y evasivas. Habrá que jorobarse. O no.

12 septiembre, 2010

11 septiembre, 2010

La clase trabajadora (I)

Para los que no saben nada de historia, para los que no tienen memoria y para los que ignoran que cada beneficio de los que disfrutan se lo debemos a gente que sufrió mucho, que fue insultada y ninguneada, y que, en muchas ocasiones, no pudieron beneficiarse de esa lucha. Pero la llevaron a cabo para nosotros. Ahora podemos elegir nuestro personaje en la historia y parece que hay una huida en desbandada hacia los papeles más rastreros. Habrá que hacer más pedagogía que arengas y sketchs de Benny Hill.

06 septiembre, 2010

Aristarain

No creo en los premios. No es que me oponga a su existencia, sino que suelo relativizar las biografías plagadas de galardones. A veces se condecora a un sanguinario por su aportación a la paz y se eleva a los altares literarios a contertulios televisivos incapaces de articular tres frases. Pero de vez en cuando uno se reencuentra con premios merecidos y que te alegran tanto como si los hubiera recibido alguien cercano. Me ha pasado en varias ocasiones con los Premios Extremadura a la creación, cuando se ha reconocido a dibujantes como Quino, ensayistas como Eduardo Lourenço, novelistas como Lobo Antunes, arquitectos como Siza Veira, o artistas como Helena Almeida. Pero hoy recibe el premio un creador que tal vez no sea muy conocido para el gran público, pero que es muy importante para quienes nos hemos quedado deslumbrados por fragmentos de sus obras maestras. Se trata del cineasta Adolfo Aristarain, que nos dejó en Lugares comunes una declaración de principios sobre la enseñanza de la literatura en boca de Federico Luppi. Pero hay una obra que por sí sola le hace merecedor de todos los parabienes: Un lugar en el mundo, una de esas películas llenas de enseñanzas prácticas para la vida, especialmente para los que se dedican a la docencia, para los que aprenden y para los que tienen dudas sobre la utilidad de luchar. En una época en la que el cine intenta buscar artificios de Playstation que sólo dan dolor de cabeza, se agradece que desde Extremadura se hayan acordado de quien nos llevó a las pantallas el sentimiento humano en todas sus dimensiones y un compromiso con la dignidad y las libertades. 

Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 6 de septiembre de 2010.

A partir del minuto 1:50

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