Pocos recuerdan ya el nombre de Chico Mendes , aquel sindicalista brasileño que defendió los bosques amazónicos frente a los codiciosos intereses de la industria maderera, y que fue asesinado hace ya 25 años. La trágica muerte de Gonzalo Alonso nos ha traído a la memoria el triste sino de los que en el mundo se dedican a preservar el espacio que habitamos . El mismo país, Brasil, y los mismos móviles del crimen. Chico y Gonzalo se preocuparon mucho por nosotros y por nuestros nietos, arriesgaron sus propias vidas por defender a la madre tierra en la peligrosa tarea de luchar contra quienes no tienen más leitmotiv que llenar sus bolsillos hoy, sin pensar en pasado mañana. También supimos la pasada semana que se lo van a poner difícil a los que quieren producir su propia energía alternativa : media Europa suspirando por tener nuestras horas de sol , Alemania usando diez veces más de energía solar que nosotros, y aquí no se nos ocurre otra cosa que