26 octubre, 2005

Nuevos nombres,viejos métodos


Nuevos nombres, viejos métodos

Desde el inicio de la historia los poderes extendieron un amplio abanico de técnicas para torturar a reos y detenidos. La Inquisición agudizó su ingenio para desvelar herejes y bien entrado el siglo XX hubo países en los que no hubo cortapisas morales para obtener confesiones o delaciones. Cuando los malos tratos pasaron a ser considerados políticamente incorrectos, a finales del siglo pasado, ya no se podía salir de un centro de detención lleno de magulladuras y lesiones, por lo que las acciones han tenido que perfeccionarse hasta llegar a la sofisticación  de Guantánamo. Allí se están probando técnicas de estrés y padecimiento, se manipula el ambiente para hacerles sentir calor y fríos extremos, se despierta deliberadamente a los detenidos para desorientar y desajustar el sueño, se les fuerza a caminar en posturas dolorosas, se provocan asfixias arbitrarias, se aísla de forma prolongada, se manipulan las percepciones sensoriales alternando silencios absolutos y sonidos de gran volumen que acaban por enloquecer a cualquiera y se infunde temor hasta extremos insospechados. De Guantánamo se puede salir sin un solo moratón pero literalmente destrozado gracias formas de destrucción humana con nuevos nombres que sirven para seguir usando los viejos métodos. Acabar con Guantánamo es tan urgente como fue terminar con Auscwitch o Mauthaussen ¿A qué estamos esperando?

Javier Figueiredo

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