A buen seguro que conocen a alguien a quien la precariedad y el mileurismo le obligan a vivir con agobios y a dejarse la mitad de sus ingresos en pagar el piso en el que viven. Es una situación que no surge de la nada y que debiera servir de llamada de atención a los que con ligereza dicen que pasan de la política, como si ésta no tuviera nada que ver con los problemas que sufren. Pasar de la cosa pública se debe a una disfunción que impide relacionar las causas y los efectos de las cosas. Sólo así se explica que haya quien cree que sus agobios de fin de mes no tienen nada que ver con que un concejal se salga del pleno para que sus parcelas re recalifiquen y multipliquen por diez su valor, ni con que el mismo día que se amplia la edificabilidad de los terrenos de la mujer del alcalde se vendan, ni con que el piso de la persona responsable de urbanismo sea mucho más barato que el resto. Sabemos que la especulación inmobiliaria está creando de la noche a la mañana enriquecimientos que a buen seguro son incluso legales, pero que son la causa directa de que haya jóvenes firmando hipotecas de cuarenta años. Se puede pasar de la política pero también conviene saber que los esfuerzos económicos de miles de personas están engordando de forma descomunal algunos bolsillos y que, lo queramos o no, la política no pasa de nosotros.
Pulicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 5 de marzo de 2006.
Pulicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 5 de marzo de 2006.
1 comentario:
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