20 abril, 2009

Curriculum


De pequeño me imaginaba que para ser ministro tenías que ser una eminencia en la materia. Pensaba que la cartera de Interior la llevaría un experto policial, la de Agricultura una ingeniera en la materia y la de Sanidad algún médico con experiencia en gestión hospitalaria. Después me dijeron que no, que no era necesario y que los altos cargos están para trazar las líneas políticas sin necesidad de ser técnico en la materia. Será por eso que un físico como Sancho Rof soltó aquello del bichito de la colza y, en cambio, un economista como Ernest Lluch instauró la asistencia sanitaria universal. Luego me volvieron a asaltar las dudas, allá por el año 1996, cuando Pilar del Castillo rechazó una cartera de Medio Ambiente alegando no tener ni idea del tema. Esa tarea la asumió Isabel Tocino, que tenía menos idea que su compañera pero también menos vergüenza. La admiración por Pilar del Castillo se me desvaneció aquel día del año 2000 en que asumió su cartera de Educación, asunto en el que demostró tener la misma incompetencia que había manifestado anteriormente sobre la fauna y la naturaleza. Hace poco nos cambian unos cuantos ministros, quitan a un científico de Sanidad para poner a una jurista y la cultura cae en manos de alguien que ha estudiado Filología Clásica. Así que uno no sabe si merece la pena que nos lean el curriculum de un nuevo nombramiento, porque la eficacia y el saber estar de un político no dependen de la profesión que haya ejercido. Prueba de ello es que el concejal de Hacienda de Badajoz, siendo profesor de Economía, no tiene todavía aprobados los presupuestos de este año. A finales de abril.


Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 20 de abril de 2009.


P.S. Me entero, después de escribir esto, que el martes 21 de abril se aprueban los presupuestos del Ayuntamiento de Badajoz. Tampoco es nada grave que, sin ser año electoral, ni haberse producido un cambio en el partido gobernante, ni revuelos por causa de gobiernos minoritarios, el profesor de Economía Financiera haya tardado casi cuatro meses en presentar los presupuestos. Es que a veces somos demasiado exigentes.

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