Cuestión de bandera

Todos los detalles y cuidados del mundo se pueden venir abajo cuando anda por medio algún adalid de la chapuza. De nada nos vale pasar años cuidando las relaciones con Portugal, mimando hasta lo más mínimo para no hacer disparar las quejas de los portugueses que critican - incluso en páginas de chistes sobre españoles- la desconsderación y exceso de egocentrismo.

A pocas horars para la cimeira ibérica de Badajoz el ayuntamiento ha puesto banderas de ambos países para decorar la ciudad. Banderas un poco cutres, pero no seré yo quien me dedique a defender el orgullo de los trapos de colores. El problema es que se han colocado en combinación con el sorteo de la once del viernes: en el puente de la Universidad hay ocho españolas y dos portuguesas, la ubicación no guarda ni respeta ninguna norma.

Ya sé lo de la asimetría, pero es que esto no es ni siquiera asimetría. Esperemos que ningún periodista portugués se dé cuenta, aunque mucho me temo que saldrá el asunto en los medios lusos. Escribo esto antes de que lleguen los ministros, pero me temo que en el ayuntamiento de mi ciudad, desgraciadamente, se es demasiado poco detallista con Portugal como para plantear cualquier modificación