26 diciembre, 2006

Un paseo por Iberocio

Sin mencionar a un monitor que fumaba en el bar (bonito ejemplo), ha sido curioso ver cómo la zona de bomberos se llenaba de humo (ignoro si con intención educativa). Otra cosa que llama la atención es los decibelios a los que se somete a las criaturas. En alguna ocasión lo recriminé en las actividades veraniegas Castelar y me dijeron que tenían orden de poner música alta "para crear ambiente". ¿Son necesarios 200 decibelios para crear ambiente? ¡Cuántas cosas son mejorables en las ciudades! Recuerdo la primera vez que un programa electoral tuvo un apartado de infancia y de las críticas que recibimos mi amigo Emilio Durán y uno mismo por empeñarnos en ello. Como los niños no votan...
¡Y para algunos parece que no son ni personas!

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