19 marzo, 2007

Algo está pasando

Supimos de la existencia de Pilar Manjón un día de diciembre en el que hizo sonrojar y acallar a los políticos que habían hecho de la comisión parlamentaria sobre el 11-M un circo de despropósitos. Aquel día pensamos que, ante una intervención tan demoledora como aquella, se acabaría para siempre el indignante espectáculo de bromear sobre el dolor ajeno. Poco tiempo después supimos que a esta madre llena de coraje la insultaban desde una emisora propiedad de los obispos. Hace tres años, una semana y un día que los trenes de Madrid segaban la vida de 192 personas y herían gravemente miles de cuerpos y almas. Desde entonces pocas cosas han estremecido tanto como unas palabras de Pilar Manjón la semana pasada, en las que afirmaba poder pasear por Barcelona sin problemas y ser incapaz de hacerlo por Madrid. La diferencia radica en que en la capital no deja de recibir insultos o amenazas. Intentas saber qué hace que las personas sensatas y de bien de las que nos habla Rajoy humillen a una madre que ha perdido a su hijo. Enseguida descubres que quienes ahora hablan de libertad no la soportan cuando son otros quienes quieren ejercerla, que los herederos de quienes intentaron prohibir aquella libertad sin ira de Jarcha acaban usándola sin pudor. Algo está pasando para que las jocosas discusiones sobre asuntos políticos acaben en sonoras broncas o silencios estremecedores. Algo muy grave está pasando y deberíamos pensar en reconducir los desacuerdos, porque si una madre que pierde un hijo en un atentado es insultada por diferir de punto de vista, es porque el totalitarismo está más cerca de lo que creemos.
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 19 de marzo de 2007

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y además Pilar Manjón resultó ser sindicalista. La excusa perfecta para tirarse a su cuello todavía con más fuerza. ¡Qué buitres!

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