16 marzo, 2007

Arte, erotismo y religión


En Cantabria podemos apreciar que hace mil años ya había quienes llevaban a los templos formas artísticas en las que se mezclaban motivos religiosos con componentes eróticos o incluso pornográficos. También Miguel Ángel dibujó desnudo al "hijo de Dios" en la Capilla Sixtina y podemos imaginar que el papa Julio II debió sentir lo mismo que quien ahora se escandaliza por otras imágenes. Me preocupa que quien considera blasfemo y sacrílego la reación de unas imágenes se dedique a reenviarlas por internet, porque su pecado es tan grave como el del fotógrafo y sus modelos. También me pregunto cómo es que no hubiera escándalos hace cuatro años, cuando se publicó el catálogo, y sí ahora. Algún día lo entenderemos (o no). En Mazo de 1999 pudimos ver en lo que es la Sala Europa en Badajoz, una exposición del artista (y sacerdote católico Siro López) una exposición llamada Mujer, Arte y Compromiso. Podéis verla en www.sirolopez.com y hay imágenes como esta mujer crucificada sobre placas bases de ordenador. En aquella ocasión Amnistía Internacional de Badajoz oranizó las actividades y contó con el apoyo de la Dirección General de la Mujer de la Junta de Extremadura. No escuchamos ni una sola protesta de nadie.

Uno puede discutir si se deben o no publicar los catálogos de todos los que se consideren artistas. Lo que no se puede hacer es negar la posibilidad de transgredir en el arte. El día que eso ocurra, estaremos matando el arte.


EL Juicio de la Capilla Sixtina también fue fruto de estas polémicas

"el Juicio suscitó entre sus contemporáneos reacciones violentas, como por ejemplo la del Maestro de Ceremonias Biagio da Cesena, quien dijo que "era cosa muy deshonesta en un lugar tan honorable haber realizado tantos desnudos que deshonestamente muestran sus vergüenzas y que no era obra de Capilla del Papa, sino de termas y hosterías" (G. Vasari, Vidas). Las polémicas, que prosiguieron por años, hicieron que la Congregación del Concilio de Trento en 1564 tomase la decisión de hacer cubrir algunas de las figuras del Juicio consideradas "obscenas". El encargo de pintar drapeados de cobertura, las llamadas "bragas" fue dada a Daniel de Volterra desde entonces conocido como el "braghettone" (Pone-Bragas). Las "bragas" de Daniel fueron sólo las primeras, en efecto, otras se añadieron en los siglos sucesivos.

Como vemos, 500 años después tenemos a quien busca en las hemerotecas cosas que no tuvieron ni pena ni gloria y pasan a convertirlas en primera plana para ganar cuatro votos.

Son censores de tres al cuarto, que se atreverían a decir al director de un periódico que destituya a la periodista que hace información municipal, que habrían blanqueado la Capilla Sixtina y destruido los capiteles de Cantabria como Budas de Afganistán


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