Después de felicitarle y desearle lo mejor para los próximos cuatro años, es de imaginar que quiera descansar y esperemos que no lo haga en el yate de un millonario como hizo el presidente francés. Si quiere algún consejo, los mejores los puede encontrar en ese pasaje en el que el caballero de La Mancha instruye a su escudero sobre lo que debe hacer en su ínsula. Como quiera que hace casi cuatro siglos que se escribieron, bueno sería adaptar a este milenio alguna de aquellas sabias lecciones y aumentarlas.
La democracia es tan importante que sería muy triste que ayer hubiera acabado todo hasta el año 2011. Está muy bien llevar varios meses recorriendo pueblos y ciudades, hablando con todos los sectores y asociaciones, pero de nada valdrá si se encierra en el palacio de gobierno y pierde el contacto con la realidad de los gobernados. Piense en los que no le han votado y no olvide que también tiene que gobernar para ellos y nunca contra ellos. Rodéese de gente con sentido crítico, porque los aduladores siempre acaban acercándose al poder y nunca sirven para hacer ver los errores. Cumpla lo prometido y explique sinceramente sus cambios de parecer. Destierre de los usos de la política aquello de que rectificar es una muestra de debilidad cuando todos sabemos que es una prueba de sabiduría. Cuando tenga que tomar una decisión póngase en el lugar del otro antes de resolver. En caso de duda, decántese por el más débil. Que las cifras no le hagan olvidar a las personas que están detrás. Una última cosa: No haga caso de todos los consejos que le den, ni siquiera de éstos.
Publicado el 28 de mayo de 2007.
La democracia es tan importante que sería muy triste que ayer hubiera acabado todo hasta el año 2011. Está muy bien llevar varios meses recorriendo pueblos y ciudades, hablando con todos los sectores y asociaciones, pero de nada valdrá si se encierra en el palacio de gobierno y pierde el contacto con la realidad de los gobernados. Piense en los que no le han votado y no olvide que también tiene que gobernar para ellos y nunca contra ellos. Rodéese de gente con sentido crítico, porque los aduladores siempre acaban acercándose al poder y nunca sirven para hacer ver los errores. Cumpla lo prometido y explique sinceramente sus cambios de parecer. Destierre de los usos de la política aquello de que rectificar es una muestra de debilidad cuando todos sabemos que es una prueba de sabiduría. Cuando tenga que tomar una decisión póngase en el lugar del otro antes de resolver. En caso de duda, decántese por el más débil. Que las cifras no le hagan olvidar a las personas que están detrás. Una última cosa: No haga caso de todos los consejos que le den, ni siquiera de éstos.
Publicado el 28 de mayo de 2007.
1 comentario:
Escribes con coherencia y sentido común. Lástima que hayan ganado de nuevo con mayoría absoluta.
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