24 diciembre, 2025

Elecciones, viajes y alforjas

No sé si seré de las pocas personas en la región que me vi de principio a fin el primero de los debates electorales televisados en Extremadura, en el que casi una decena de hombres y dos mujeres iban interviniendo de minuto en minuto, y del que poco se pudo sacar en claro: el formato no servía para debatir y contrastar opiniones, tampoco era útil para exponer las grandes ideas y proyectos para la región, pero nos permitió conocer a formaciones nuevas y algunas que llevan tiempo en el panorama político regional.

Tras ver aquel vendaval de intervenciones, y sin entrar en el fondo de sus propuestas, me pareció que las dos únicas mujeres que participaron en el debate de Canal Extremadura sobresalían muy por encima de todos los restantes en claridad a la hora de expresarse, en saber comunicar sus mensajes y en dar la sensación de que estaban a la altura.

Días después me enteré de que iba a haber otro debate en RTVE, aunque solo de las formaciones con representación parlamentaria. Me parecía que ese formato sí podría ser esclarecedor para el electorado, que las dos mujeres que más habían brillado con su oratoria tendrían mucho ganado de antemano ante un ultraderechista que elevaba demasiado la voz, y frente a un candidato del PSOE que ni supo ni pudo exponer su proyecto por tener que defenderse de sus juicios pendientes.

Al saber que la presidenta Guardiola no iba a ir al debate de RTVE pensé que estaba perdiendo una oportunidad de oro para noquear a sus dos seguidores más cercanos, a los que por distintos motivos podría haber dejado sobre la lona. El resultado de ese segundo debate sirvió para dejar el terreno libre a la ultraderecha en su lado del tablero, y para visualizar la debilidad de Gallardo y de su partido a nivel estatal, mientras que Irene de Miguel fue descubierta y alabada por los comentaristas de la meseta castellana, tanto por sus habilidades en el debate como por su capacidad para revalidar acuerdos entre Podemos, IU y otras fuerzas de la izquierda.

El resultado de todo esto nos recuerda un famoso dicho castellano sobre viajes y alforjas: Guardiola vence aunque no ha logrado la ansiada mayoría absoluta que pretendía y sí sale fortalecido quien desde la ultraderecha había propiciado este adelanto electoral, lo que le permitirá sacar más pecho que a su propio líder nacional en su periplo extremeño.

El PSOE tendrá que recomponerse a fondo y a la izquierda ha surgido -¡y desde Extremadura!- un ejemplo para todo ese color político a nivel estatal: solo incluyendo a todas las sensibilidades, trabajando desde el terreno y no solo en las instituciones sino también en las calles y movimientos sociales, es como logrará asentarse una opción política que puede aportar mucho en la defensa de las personas más desfavorecidas.

No sabemos cuándo volveremos a ser el centro de atención de todo el país y si todo esto habrá servido para que nos conozcan un poco más, con nuestros esplendores y alguna miseria. Parece que en 2026 nos traerán más episodios de esta serie y el próximo será el 8 de febrero en mi querida tierra aragonesa. 
 
Publicado en el diario HOY el 24 de diciembre de 2025 
 





 

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