No sé quién fue el inventor de esa brillante idea de poner gente a las espaldas del político que está hablando. Tampoco sé cuál es el mensaje que nos quieren dar los asesores: en ocasiones pienso que nos quieren decir que el que habla está respaldado por un montón de gente, pero algunos podemos interpretar que el protagonista está de espaldas a la gente, que no es lo mismo. Ignoro si ya se han estudiado los resultados que produce esta estrategia de puesta en escena y sólo sé lo me pasa a mí cuando veo este tipo de imágenes. Empiezo a asignarles una biografía a cada uno: al de arriba de la derecha, que a buen seguro es un militante convencido y podrá contar orgulloso su minuto de gloria como guardaespaldas del líder; o la chica del centro, que no está atendiendo y a la que no le habrán pagado ni 18 euros por aguantar sin perder la compostura. El caso es que ya no atiendo a los discursos y me pierdo imaginando venturas y desventuras. Hace unas semanas, en un acto del Partido Popular sobre la inmigración, encontré a dos personas de color (de color negro, para dar más detalles) como fondo humano. Y han pasado varios días y sigo preguntándome si estaban por propia voluntad o eran alquilados a una empresa de trabajo temporal que acabará por no pagarles los gastos de desplazamiento. Sea lo que sea, no me enteré de lo que dijo el político de turno así que me atrevo a sugerir a los asesores de imagen que nos quiten esos fondos de escenario para que la humanidad de los mensajes no se quede en el atrezzo sino que nos llegue más con hechos y ejemplos que con palabras. http://javierfigueiredo.blogspot.com
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 16 de Octubre de 2006
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 16 de Octubre de 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario