11 diciembre, 2006

Las estadísticas

Si hay algo que me horroriza son esas estadísticas que se dedican a acumular en forma de años nuestras actividades: Se supone que una vida de 80 años, que es lo que se lleva ahora en occidente, se compone de de veinticinco años durmiendo sin parar y otros tantos trabajando. Así que casi dos tercios de nuestra existencia los pasamos imitando las actividades de un muerto e intentando que el proceso vital prosiga en unas condiciones mínimas. En fin, que la vida propiamente dicha, el líquido neto que dirían los contables, nos queda en treinta años en los que también podemos estremecernos: ¡Siete años seguidos frente a la televisión y cuatro años comiendo sin parar! Esto último está cambiando gracias a la comida rápida, pero no nos engañemos porque es a costa de volver al trabajo antes. Vamos bajando en el listado y encontraremos que a peinarnos sólo dedicamos medio año (imagino que los calvos todavía menos). Alguien pensará que en los lugares democráticos se pierde mucho tiempo, pero empiezas a contar que cada cuatro años vamos dos veces a las urnas y que nunca se tarda más de cinco minutos, lo que suma un total de diez horas.¡Tanto luchar por la democracia para que diez tristes horas supongan la diferencia con la dictadura! Así que es tiempo para ingeniar formas que apliquen las posibilidades de las nuevas tecnologías a la democracia participativa, de manera que en el próximo recuento vital dediquemos más tiempo a decidir sobre nuestro futuro que a tender la ropa, noble actividad a la que dedicamos tres meses completos (los que tendemos). http://javierfigueiredo.blogspot.com

Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 11 de diciembre de 2006

2 comentarios:

Luis Leal dijo...

Como se diz en Portugal: "las estadísticas valen lo que valen", algunas veces casi nada.

Euphorbia dijo...

Estos números son demoledores. Mejor aprovechamos el tiempo libre que tenemos en otras cosas en lugar de hacer estadísticas.
Un saludo.

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