Los manuales para salir de atolladeros coinciden en un punto: cuando la metedura de pata es de tal magnitud que cualquier rectificación provocaría el descrédito absoluto, lo mejor es seguir hasta el final, mantener sin enmendar, negar lo evidente y acusar a cualquiera antes que asumir una culpabilidad propia. El refranero acuñó algo así como de perdidos, al río y ese es el lema que sirve de argumento demostrativo de los últimos despropósitos de nuestra vida pública. Todo empieza con carcacjearse de las armas de destrucción masiva en Iraq y llamar nadie a los millones de personas que se manifestaron en todo el mundo. Luego están quienes quieren que la realidad del pasado se amolde a su teoría, como los que están todos los días intentando justificar sus desaguisados explicativos tras el 11-M a fuerza de poner en gran peligro el raciocinio colectivo. “Si te pillan in fraganti” niégalo todo” – aconsejan los asesores de esta tendencia de pensamiento. Pero en ocasiones la negación no es suficiente y se hace imprescindible un contraataque que, aunque no tenga ni pies ni cabeza, deje en fuera de juego al adversario. Algo así deben de haber planificado los que han optado por justificar la presencia de policías españoles en Guantánamo pidiendo explicaciones a quien nada tiene que ver con ello y olvidándose por completo de que ellos mismos eran los responsables. Es una pena que detrás de todos estos asuntos haya tanta muerte y sufrimiento porque algunas reacciones más parecen fragmentos sacados del más hilarante guión del teatro del absurdo que de un manual de comunicación e imagen. http://javierfigueiredo.blogspot.com
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 19 de febrero de 2007.
Publicado en EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 19 de febrero de 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario