Acabo de leer una noticia en EL PAÍS.
Una mujer ha sido expulsada de un cofradía religiosa por haberse casado. Llevaba en la cofradía desde que nació, pero es ahora, tras su boda con otra mujer, que la han puesto de patitas en la calle.
Líbreme dios de dar consejos, pero creo que lo que debería hacer esta mujer es ir por lo penal y, en el caso de que las jerarquías eclesiásticas intenten aducir la orientación sexual como "razón" para la discriminación, que el Fiscal general del Estado abra diligencias y vea si los Estatutos de esta asociación, hermandad o secta religiosa (me refiero a la Iglesia Católica) es legal de acorde con la Constitución y los Derechos Humanos.
No estoy hablando de perseguir a la Iglesia y a sus creyentes - yo sería capaz de manifestarme en defensa de su derecho a creer en el espíritu santo y hacer procesiones-, sino de que cambien sus formas de gobierno y de actuación para que sean acordes con la democracia. No puede ser que la mujer esté vetada para ejercer cargos o funciones en niguna asociación, ni en las sociedades gastronómicas ni en nada.
Creo que si el Estado es coherente, debería hacer unaley de asociaciones, hermandades, cofradías y religiones que, como la Ley de partidos, ilegalice a quien no sea demócrata. Igl
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3 comentarios:
Saludos de queridanónima Figueiredo. Creo que el orfeón donostiarra y la iglesia católica son de las pocas instituciones que quedan en las que las mujeres no pueden ejercer cargo alguno. Bueno, en el orfeón ése creo que no pueden ni entrar.
Opino que la Iglesia católica, como el islamismo radical, deberían ser marginados por parte de los seres racionales. No puedo comprender que una mujer lesbiana y en su sano juicio decida pertenecer y trabajar para una institución que la desprecia y prohibe su libre opción sexual. Por parte de la mujer es contradictorio y casi que inmoral, el no replantearse que está dando apoyo a una institución que defiende la homofobia. Entiendo a la Iglesia, que está en su derecho, como toda secta o religión, de imponer sus normas a los que pertenecen a ella. A las monjas a ponerse toca y practicar castidad, a los lamas a afeitarse la cabeza, ponerse túnicas naranjas y practicar castidad, a los musulmanes a cubrir la cabeza o cara de todas sus mujeres, rezar 5 veces al día y no comer en todo el día en el Ramadán, a los católicos a no ejercer la sexualidad sin fines reproductivos (por tanto la homosexualidad ni la contemplan aunque la sientan), a prohibir que uno decida morir si está sufriendo, a prohibir el divorcio, a prohibir investigación que puede salvar vidas en el nombre de la moral. No entiendo nada de lo que imponen y prohiben. Tampoco entiendo muy bien que siga habiendo gente trabajando para la Iglesia, como esta señora, mujer y homosexual, fomentando y alimentando una institución que recorta derechos. ¿Que piensan, que van a cambiar a los obispos o a los imanes? Ellos están en su derecho en su institución. Lo que no hay derecho es a que los financien, y el único posible camino para los que no queremos recortes de libertades es apartarse.
Soy queridanónima y sólo quiero añadir que, si esta noticia de El Pais es una especie de iniciación de revueltas populares para que no se escandalice el pueblo cuando se separen Iglesia católica y Estado, pues me parece muy bien. Sobre todo porque en España nada se mueve si no es a base de sentimientos y desgracias. Si hay que convencer al pueblo con este tipo de sentimentalismos porque racionalmente no se puede, pues bienvenida sea esta política.
Pero coincido en que en general es absurda la denuncia pues, desconozco religón que admita el matrimonio homosexual. Desde aquí quiero homenajear a un chico extremeño, héroe para mí, que sólo conozco por referencias, que se salió antes de hacerse salesiano, y se casó con un hombre, con la oposición completa de sus católicos padres, que continúa aún hoy. Bravo por él, eso es auténtico valor. Pero querer seguir de salesiano o de hermano mayor de la cofradía, venga hombre.
Respecto a las denuncias, también yo puedo denuciar al Islam porque como mujer no me dejan entrar a rezar en una mezquita si tengo la regla. También, porque hombres y mujeres recen separados, como aún pasa en las procesiones de algunos pueblos aquí. En un viaje, en un despiste de los míos, como no ví mas que una zona única, entré (pues la puerta estaba abierta) en una mezquita. Nada mas poner un pie, un montón de hombres empezaron a gritarme y a amenazarme. No era por los zapatos. No leí un cartel en inglés que decía: prohibido acceso a mujeres. Saludos.
Lo de separar hombres y mujeres también lo hacen los colegios del OPUS. Yo creo que las religiones no pueden tener actuaciones contrarias a la legislación en materias de derechos y libertades. Pero es complicado. Si yo me meto en una asociación de vegetarianos y quiero comer jamón, lo más lógico sería abandonar la asociación. Otra cosa es que yo sea Ctólico de toda la vida, seguidor de la Virgen de la Montaña y no me dejen llevarla en hombros: ahí creo que una está en su derecho a reclamar porque no es algo que vaya contra las normas intrínsecas de la asociación
Bueno, que esto sé que es complejo. Yo creo que puede haber religiones que veneren a un trozo de madera lleno de porquería, me da igual. Pero creo que aquí no se deberían permitir ningún tipo de asociaciones que no respeten los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y cortar el grifo es lo más eficaz para quitar las tonterías a algunos.
saludos
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