No soy bueno contando chistes y tampoco me apasionan demasiado. Me hacen gracia aquellos en los que hay malentendidos y juegos de palabras, como aquel de dos bilbaínos que iban caminando por la calle, vieron a lo lejos un cartel en el que se leía aceros inoxidables y uno de ellos pregunta con acento cerrado: - ¿Nos hacemos, Patxi?
Hay gente que ha vivido chistes en tres dimensiones y yo escuché a un señor en una ferretería pidiendo una olla de acero inexorable. Me entraron ganas de reírme y aclararle su error, pero recapacité porque quizá esta persona quería una con esas características. La semana pasada me ha parecido de chiste cruel, de esos que mezclan todos los colores y que al final te entran ganas de llorar o de llamar a la policía para que se lleve detenido al emulador de Chiquito de la Calzada. Falange sienta en el banquillo a Garzón por tratar de investigar los crímenes del fascismo, que es como si el partido fundado por Hitler hubiera empapelado a los jueces de Nürnberg.
Luego los 50000 folios en los que nos explican a qué manos han ido a parar los dineros de cada currito que paga una hipoteca desmesurada y que, como podíamos imaginar, se van a los bolsillos de recalificadores y ladrones sin escrúpulos.
Pero lo peor de este chiste macabro es que hay demasiada gente que cree que todo esto no se puede evitar, que la condición humana es inseparable de la corrupción, que el que roba una gallina va la cárcel pero quien se lleva cuatro millones se salva pagando una fianza de tres, y que estamos ante el triunfo de lo inexorable. Como la olla de aquel señor. Que no cunda el desánimo, por favor.
Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 12 de abril de 2010.
1 comentario:
¿Alguien es tan ingenuo como para creer que Garzón había querido alguna vez justicia y no publicidad? Garzón sabía que no podía hacer nada desde que empezó, y todo este circo solo está destinado a santificarlo (después del lío del Faisán con ETA, quedó fatal, oyes).
A mi me parece muy bien que se haga justicia. Eso sí, o jugamos todos o escondemos la pelota. A juicio el primero Fraga, el segundo Carrillo (con 6000 muertos, el doble que Pinochet), el tercero el ínclito Cebrián por aparato propagandístico del franquismo, después sigamos también con los muertos, como el padre de Mari Tere de la Vega, alto cargo del franquismo, y por qué no, con el abuelito franquista de Zapatero. Ya te digo, nos íbamos a reir. Sería una verdadera delicia. Muchos lo estamos esperando, pero sabemos que es imposible por desgracia. Todos ellos nos gobernaron y sus hijos nos seguirán gobernando, desde el PSOE y el PP. Castas.
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