La polémica sobre la impresión de solicitudes de voto por correo nos permite desempolvar un asunto relevante de apariencia trivial. Si vieron ayer la primera vuelta de las elecciones francesas habrán podido comprobar que, a diferencia de lo que ocurre aquí, los ciudadanos tienen derecho a introducir físicamente su voto en la urna. ¿Por qué en todos los países pueden hacerlo y aquí hay que entregársela al presidente de mesa? ¿No se lo han planteado nunca? Observen imágenes de las elecciones en cualquier lugar del mundo y se darán cuenta de que somos el único lugar en el que no podemos votar de forma tangible. Todo esto ocurre porque hace 30 años los políticos pensaban que nuestra democracia era muy débil y había que facilitar todo. No se les ocurrió otra cosa que permitir a los propios partidos imprimir papeletas oficiales voto, repartirlas de antemano a los electores y propiciar que los votantes llevaran el voto preparado desde casa. Es por eso que hay que entregar el voto al presidente de mesa, porque uno podría llevar varios sobres de voto e introducirlos. ¿Cómo podríamos solucionar esto? Pues es tan fácil como copiar lo que se hace en todo el mundo: la Fábrica de Moneda y Timbre imprime papeletas, en el colegio electoral te acreditas y te dan la papeleta de voto, te metes obligatoriamente en una cabina para elegir de forma activa tu opción y después la depositas personalmente en la urna. De esta manera evitaríamos esos multimillonarios envíos de sobres electorales que sólo sirven para gastar papel y haríamos que el hecho de votar tuviera --¡por fin!-- un poco más de encanto. http://javierfigueiredo.blogspot.com
Publicado el 23 de abril de 2007 en EL PERIÓDICO EXTREMADURA
Publicado el 23 de abril de 2007 en EL PERIÓDICO EXTREMADURA
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