26 noviembre, 2007

Darfur

La semana pasada visitaba Extremadura Mohamed Abdelshakhour, un sudanés de la región de Darfur. Vino acompañado de su mujer Hamida, que se salvó por poco de una muerte por lapidación. En los últimos cuatro años han muerto más de doscientas mil personas y dos millones de habitantes se han visto forzados a dejar su hogar en esta región africana. Mohamed consiguió huir de su país para contarnos al mundo las tragedias que sufre su pueblo y la desesperanza que produce el paso del tiempo sin que consigan una ayuda efectiva. Darfur, las tierras fértiles del oeste de Sudán, es habitado por etnias africanas dedicadas a la agricultura. Desde hace años tienen conflictos con los grupos de nómadas árabes que se dedican a la ganadería y que pretenden desplazar a los agricultores y quedarse con sus tierras. Desde 2003 las milicias árabes, con el apoyo y complicidad del gobierno de Sudán, están provocando un genocidio a gran escala que no difiere del sufrido en Ruanda en 1994. La comunidad internacional, que en otros lugares interviene como elefante en cacharrería, es incapaz de proteger a la población de Darfur de las milicias árabes de los Janjawid. Para poder salvar las vidas de miles de personas será necesario que la misión pacificadora se pueda desplegar y habrá que conseguir que el gobierno deje de obstaculizar ese despliegue, pero lo primero y fundamental es sacar a la luz el genocidio de un pueblo que a duras penas consigue hacerse un hueco en los telediarios entre estupideces de fútbol, famoseo y política de dimes y diretes. Mohamed y Hamida sueñan con volver a su tierra y necesitan que su drama deje de ser ignorado. No es poco.

Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 26 de noviembre de 2007

Foto: Europa Press

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