01 septiembre, 2008

"...como no podía ser de otra manera".


No sé quién fue el primero en usarla pero es una expresión que se ha extendido por todas partes y es difícil encontrar una declaración pública que no contenga la frasecita “como no podía ser de otra manera”. En ocasiones es una soberana perogrullada y el buen gusto debería hacernos restringir su uso, porque si vas a hablar de un accidente aéreo lo lógico es dar el pésame en primer lugar para no ser maleducado, y si recibes a los medallistas olímpicos hay que empezar por las felicitaciones. Es una frase de peso, una sentencia rotunda, de las que aportan un fuerte grado de credibilidad al que la pronuncia y que parece añadir un respaldo casi científico. De ahí mi preocupación por la proliferación de la frase en contextos en los que las cosas sí que podrían -e incluso deberían- ser de otra manera. Así podemos ver a munícipes que arrancan árboles centenarios para ensanchar una avenida o responsables políticos decretando que los libros de texto serán gratis para todo el mundo, como si fueran las únicas opciones posibles. El gran peligro de la frase radica en su incitación a la pereza mental. De nada nos vale proclamar que hay que pensar, inventar, imaginar, descubrir, investigar, desarrollar y hasta fabricar nuevas ideas, si cada dos por tres hacemos afirmaciones categóricas y las refrendamos con esa coletilla de “como no podía ser de otra manera”. Los grandes avances de la humanidad y las pequeñas genialidades han partido de quienes han cuestionado la tradición y las verdades absolutas. Por eso es necesario que, a pesar de la tendencia, pensemos en que las cosas sí podrían ser de otra manera.


Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 1 de septiembre de 2008.

P.S. Hubo un tal Fosbury del que se reían en el instituto por su forma de saltar. Ganó una medalla olímpica pero no fue uno de los atletas mejor dotados para esa prueba y tuvo pocos records. Eso sí, fue el primero en pensar de otra manera. Los que se reían no han pasado a la historia y hoy todos los atletas saltan estilo Fosbury.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes razón, la frase es una tautología consrvadora: las cosas son como son porque ya han sido, y por lo tanto no pueden cambiarse. El presente como parte del pasado incesante e inamovible.
Saludos.

Anónimo dijo...

De lo mejor que te he leído. Sencillo y exacto. Sí señor.

Puntos de vista y ... nada más dijo...

Gracias

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