02 septiembre, 2008

Infinita injusticia


Echas un vistazo a los comentarios que los lectores hacen en EL PERIÓDICO EXTREMADURA sobre la noticia de la investigación de Garzón acerca de los crímenes genocidas del franquismo y me da que pensar. Tengo reciente la lectura de El corazón helado y me doy cuenta de que en el periodo 76-79 las cosas se hicieron muy mal. Se dejó que los franquistas no acudieran a una comisión de la verdad, como la de Suráfrica, y reconocieran que fueron unos fascistas genocidas, que no pararon hasta eliminar a todos y cada uno de los discrepantes, y que disfrutaron durante 40 años (y más) de todo un país arrancado de cuajo a los demócratas. Ahora hay jubilados que se creen la historia "moaísta".

Se equivocaron quienes nos vendieron la transición perfecta. Por miedo a la venganza nos quedamos sin la justicia, por miedo a otro golpe de Estado se tragó con todo, por miedo no se depuraron los ejércitos ni las fuerzas policiales del franquismo, que sequirán cobrando retiros suculentos mientras que quienes pasaron 23 años en la cárcel por defender la democracia tienen que justificar cada hora cotizada.

La transición fue callarnos, para ver si así no volvían a matarnos. No se hizo justicia y de ahí nace la infinita injusticia. Hoy, en Alemania, es un delito hacer apología del nazismo o negar el holocausto, pero se puede vanagloriar a quien se encontró con Hitler en Hendaya y contar la historia al revés.

Como dijo Ignacio Fernández Muñoz, el personaje de El corazón helado, "...este es una país de hijos de..."

¡Qué pena de siglo XX!


Os dejo un poema de Marcos Ana

“Mi vida,

os la puedo contar en dos palabras:

Un patio.

Y un trocito de cielo

por donde a veces pasan

una nube perdida

y algún pájaro huyendo de sus alas”.




8 comentarios:

Alicia Vernok dijo...

Excelente.

La viñeta de hoy de Manel Fontdevila también lo deja claro.

"La transición fue callarnos, para ver si así no volvían a matarnos."
Creo que es la mejor definición que he leído. Mi abuela, que pasa de los 80, aún no se ha quitado el miedo de la cabeza, miedo al poder, miedo a "los de arriba". Todas las veces que no he votado (abstinencia activa) ha estado siempre detrás mío intentando de convencerme para que fuera "a cumplir" porque "esos saben quien vota y quien no vota" y no votar es, claro, significarse. Pues para esto a servido la Santa Inquisi, quiero decir, Transición.

Saludos!!

Anónimo dijo...

Amigo Javier. No deja de ser una opinión la tuya muy respetable. Pero deja ver más que un sano deseo de justicia una voluntad de enfrentamiento. Nos vienes a decir que la herida está abierta. Que quieres cartas para una nueva mano. Pero las partidas las juegan dos. ¿No sería mejor, a estas alturas, buscar lo que nos une, y dejar de jugar una partida con las cartas marcadas de nuestros padres? Tu amigo, Fernando.

Puntos de vista y ... nada más dijo...

Las heridas abiertas hay que desimfectarlas bien antes de cerrarla. En el periodo 78-83 - he alrgado el plazo- pusimos una venda para que la herida no se viera. Eso no es curar. ¿qué imiedo hay a que se levanten las fosas y se sepa que después de la guerra de asesinó a personas que NUNCA pudieron ser lloradas? ¿Acaso la mala conciencia?

Creo que es un asunto que da para un amplio y reposado debate.

Anónimo dijo...

No es malo honrar a los muertos. Es bueno. Es un deber de humanidad dar digna sepultura a los muertos. Es noble llorar a quienes nos precedieron en la muerte. Y más aún a nuestros camaradas, a los que compartieron nuestros ideles. Pero es malo llamar genocida a media España. Pero es malo creernos que sólo existe una verdad: la nuestra. Mas que nada por aquello del: ¡Y tú más!.

Alicia Vernok dijo...

El genocidio se ejerce desde el poder, ahí está la diferencia. Los adeptos a la república también asesinaron y cometieron tropelías, pero no con el beneplácito de las instituciones, como ocurrió hasta entrados los ochenta con los regímenes del bando vencedor de la guerra.

Sara dijo...

Como Javier, creo que es importante que las heridas abiertas se cierren cuanto antes. Yo era un bebé cuando comenzó la transición, no sé por qué, pero sí sé que si hizo mal. Quienes llevaban años callando se tragaron el sapo más gordo, y ese punto final lo estamos pagando ahora. Cuando un señor como Rajoy se permite hablar de no abrir heridas lo que en realidad quiere decir es que los desaparecidos por un régimen ilegítimo y asesino se lo merecían.
Y es una lástima hablar de dos españas, cuando en realidad, sólo y siempre ha habido una: la de los corruptos, la de los trabajadores, la de los fascistas, la de los progres, la de los hijos de puta y suma y sigue.
Esas dos españas de las que algunos hablan no es más que una excusa para continuar justificando las atrocidades consentidas por un régimen, por los países de su alrededor y por sus propios habitantes.
Besos,
S.

Puntos de vista y ... nada más dijo...

Es muy tarde y llevo toda la tarde viendo papeles familiares de la época.

Tengo la suerte de no tener ningún familiar en las cunetas. Mi familia fue más bien de gente que no participó muy directamente en aquella época pero que sufrió por el mero hecho de vivir donde vivía-
Incluso mi abuelo, un portugués que recaló en los años 30 en tierras entre Aragón y Cataluña, tuvo que sufrir las penurias de los campos de concentración.

Si hay dudas de que la República era un régimen legal, de lo que no cabe duda es de que los golpistas franquistas no lo eran, a no ser que creamos que Adolf el alemán y Benito el italiano, que ayudaron a Franco, eran demócratas.

Me parece que es un asunto del que tendremos que hablar mucho. Existen dos Españas. Existen. Es lógico que a algunos no nos emocione el chunda-chunda y la rojigualda, porque creemos en la España plural, tricolor, del himno de Riego, de la Institución Libre de Enseñanza, de las MIsiones Pedagógicas, de La Barraca de Federico García Lorca, de Picasso, de...

Lo dejo por hoy. Gracias, Sara, Gracias, Vernok y gracias Fernando, porque entiendo tus buenas intenciones. Pero quienes piden el reconocimiento de la Memoria Histórica no van a abrir barricadas en las calles, sólo quieren que este país, de una vez por todas, haga justicia con quienes dieron la vida por la libertad, para que no haya más viejecitos que nos digan: "Nietecito, no te signifiques, no hables, ten cuidado"

Buenas noches

Feli dijo...

Gracias Javier, por escribir con la intensidad que lo has hecho. Me has emocionado. Es tremendo el texto que sacas en la entrada, "...con lo fiera que era sólo unos meses antes, fui una cobarde...". Veo en esta frase el verdadero triunfo de la dictadura.
De cabo a rabo suscribo lo que dices.

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