20 enero, 2009

40 aniversario de un crimen


El estudiante Enrique Ruano fue detenido y torturado durante tres días a mediados del mes de enero de 1969. Era militante del Frente de Liberación Popular (FLP) y activista del Sindicato Democrático de la Universidad de Madrid. En el curso de un registro la policia le disparó el día 20 de enero y después arrojó su cadaver desde un septimo piso a un patio interior para simular su suicidio.

Fraga Iribarne, ministro franquista de Información y Turismo, orquestó la manipulación informativa para imponer la versión del suicidio de un buen chico desequilibrado. Durante 4 días hubo manifestaciones en muchas ciudades españolas, particularmente en Madrid, dónde desde Vallecas a la Calle Princesa decenas y decenas de saltos se sucedieron a cualquier hora del día con la participación masiva de estudiantes, pero también de muchos trabajadores indignados por el asesinato y la campaña del régimen franquista.

La tensión llegó al punto que el Gobierno declaró el primer estado de excepción de ámbito estatal con la intención de parar la protesta. Fueron detenidos y deportados centenares de activistas pero de nada sirvió. El franquismo nada pudo hacer para recuperar la iniciativa y amedrentar al movimiento social porque 1969 fue uno de los más notables en las luchas del movimiento obrero en la lucha por sus reivindicaciones laborales y por las libertades.

Años más tarde, tras la muerte de Franco y habiéndose realizado elecciones democráticas, se reabrió el caso Ruano. El cadaver fue exhumado y apareció mutilado para ocultar el balazo. Sin embargo los policias que le asesinaron fueron absueltos. Enrique fue un luchador antifranquista, internacionalista y revolucionario. Su lucha por las libertades iba pareja a su lucha por la Revolución Socialista. El homenaje a Enrique forma parte de la recuperación de la memoria histórica, particularmente del tardofranquismo y primera transición, y de la deneuncia política de una transición que permitió a gentes como Fraga seguir en política como un honorable demócrata. También significa recuperar la memoria de la lucha antifranquista ligada a la lucha anticapitalista por el socialismo frente a las mistificaciones posteriores. Significa contruir el futuro desde la recuperación en el presente de las luchas del pasado.

8 comentarios:

Amigo de la Dialéctica dijo...

Hola Javier:

Buen post muy necesario en estos momentos de Amnesia histórica.

Como bien dices, hemos de contruir el futuro desde la recuperación en el presente de las luchas del pasado.

Ya sabemos que aquellos que olvidan su historia están condenados a repetirla.

Recibe un fuerte abrazote amigo.

Juan Luis Corcobado Cartes dijo...

Pues sí, Javier. Quien suscribe era en aquellos años de oprobio estudiante en la facultad de Matemáticas de Zaragoza. Recuerdo perfectamente el horror que produjo el crimen y las protestas reprimidas por la "social" a disparo limpio en la ciudad universitaria. Y aún me produce nauseas recordar la justificación que del asesinato, presentándolo como un suicidio, hizo el periódico ABC, que publicó también unas líneas manipuladas del diario de Enrique Ruano. Me ha emocionado ver, año tras año, la esquela que la familia publica en algún periódico de Madrid recordando lo sucedido.

Puntos de vista y ... nada más dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Juan Luis: No sabía que habías estudiado por mi tierra, en Zaragoza. [Yo soy de Monzón (Huesca)]

Alicia Vernok dijo...

Cosas que no se deben olvidar.

Fraga ministro, eh? Y ese Fraga, continúa con vida?? el pp de los "señores X" no tiene nada que decir en este asunto?? y El Mundo, no pide justicia??

HÓLMEZ->Hmm, sospechoso.

Saludos!!

Anónimo dijo...

felicidades, me ha impresionado este recuerdo que desconocia.

sin historia no hay futuro.

un abrazo.

Nieves dijo...

Me ha emocionado esta historia que no conocía.

Yo abogo por la memoría histórica. No debemos olvidarnos de nuestra historia para no repetirla como alega Javier.

Me ha gustado tu homenaje.

Saludos. Nieves.

Cuando pase el milano dijo...

Yo estudiaba en la Complutense de Madrid en aquella época y la muerte de Enrique fue un golpe terrible. Es la primera ocasión en que yo percibí que la dictadura me concernía personalmente, que cualquiera de nosotros estábamos en riesgo. En la bruma del recuerdo todo se suaviza pero aquellos fueron unos años de absoluta inmoralidad. Incluso en nuestras familias, la primera reacción fue mirar para otro lado: tú no te metas en líos, nos decían. Y lo peor es que creo que, incluso quienes teníamos cierto compromisoo político, les hicimos caso. El dictador se murió de viejo seis años después y sus amigos y compinches nos dijeron qué es lo que había que hacer y cómo tenía que ser la democracia que había de venir. Y seguimos sus indicaciones al pie de la letra.
De ABC recuerdo la información que firmaba Alfredo Semprún, algo que debía haberle valido para expulsarle de la profesión, lo que tampoco ha ocurrido. Para no mencionar a Manuel Fraga Iribarne que TODAVIA nos dice lo que tenemos que pensar, que decir, que callar...
Enrique Ruano fue un chico normal, como cualquiera de nosotros, tenía un compromiso político como muchos de nosotros. No arriesgó su vida, no, lo asesinaron. Lo supimos todos. Y no fuimos capaces de hacer otra cosa que llorarle. A mí su recuerdo me sangra todavía.

Puntos de vista y ... nada más dijo...

Dentro de lo que cabe, me resulta gratificante saber cuántas personas hay que todavía recuerdan a quienes, como Enrique Ruano, pagaron con su vida por intentar que hoy disfrutemos de las libertades que tenemos (que siempre son mejorables y susceptibles de ediciones corregidas y ampliadas).

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