En las grandes ciudades no se dejan de hacer túneles y más túneles para esconder a los vehículos, amplían los carriles de las autopistas y un ruido infernal de motores se escucha día y noche. En cada operación salida las carreteras de llenan de coches y uno empieza a plantearse si habremos actuado correctamente al convertir al vehículo privado en el principal medio de locomoción. Sobre todo ahora, que parece haber cierto consenso para no aumentar el consumo de combustibles fósiles. Pero los años de bonanza de principios del milenio invitaban a cambiar de coche cada cinco años, aunque no fuera necesario y funcionara a las mil maravillas, y las factorías aumentaban su ritmo de producción. De repente nos asalta la crisis, la gente empieza a comprar menos coches, las empresas del sector ganan menos dinero y amenazan con dejar en el paro a los miles de trabajadores que, de forma indirecta o directa, dependen de la venta de vehículos. Entonces llega el día en el que Rajoy y Zapatero se van al hemiciclo a hablar del estado de la nación y a uno le parece que lo más importante que se abordó era el estado de los coches. Ya no sé en cuánto va a quedar la ayuda pública para comprar un nuevo vehículo, ni cuánto pondrá cada Comunidad. Y mientras muchos se pelean sobre si la medida debe ser universal o restringirla en función de los ingresos de la familia, me asaltan varias dudas: ¿Por qué tenemos que comprar coches con la ayuda de todos? ¿Por qué tenemos que sacarle las castañas del fuego a un sector que produjo más de la cuenta? ¿Vamos a hacer lo mismo con otros sectores productivos? ¿Nadie se hace estas preguntas?
Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 18 de mayo de 2009.
2 comentarios:
Y además: ¿por qué los paladines (quizás habría que decir los aladines, por lo de la lámpara maravillosa) del libre mercado insisten en pedir ayudas del /al estado? ¿Qué sentido tiene que financiemos todos las compras de enormes 4x4 para llevar al niño al cole o ir de compras a Mercadona?
En fin: me valgo de este espacio para realizar un comentario ajeno al asunto que ha propuesto Javier: se ha muerto Mario Benedetti, una pena.
Cuando me enteré de esa medida (desmedida) pensé: ¿no saldría más barato a España que el transporte público fuera gratuito?
Antes de la crisis quien no se podía permitir cambiar de coche no lo hacía, en la crisis sigue igual, el que no tiene para llegar a fin de mes, por muy barato que le quieran vender un coche... primero comer.
Un saludo.
Helena.
Publicar un comentario