27 junio, 2009

Laicidad según Maruja Torres y partiendo de George Corm


Maruja Torres, citando a Georges Corm, lo explica mejor que yo. Así que me callo:

Tiempos estos en que parece una utopía que la asociación Escuela Laica -quien quiera apuntarse: www.escuelalaica.com- reclame, ante el inicio de las matriculaciones del nuevo curso, que no se imparta la enseñanza de ninguna religión en las escuelas públicas y subvencionadas. Tiempos duros en que, con una Constitución como la nuestra, que garantiza un Estado aconfesional, clamamos por lo obvio.

Y ya, poniéndonos más utópicos si cabe, deberíamos exigir que el espíritu de la laicidad impregne las escuelas. ¿Qué es la laicidad, nuestra herencia tardía del Siglo de las Luces? Propongo una definición del maestro politólogo libanés Georges Corm (en su conferencia "Globalización y comunitarización del mundo: ¿Cuál es el futuro de la laicidad", 2006), pues no encuentro palabras que la definan mejor para el momento actual: "La laicidad debe librarse del corsé de la especificidad que ha caracterizado su emergencia histórica, es decir, la rivalidad de dos poderes, temporal y espiritual (...). Debe elevarse al nivel más superior de la filosofía universalista y humanista de la que surgió, y afirmarse de nuevo como el pilar fundamental de una práctica de esencia democrática (...). Una laicidad bien entendida es, ante todo, una doctrina de concordia civil en el interior de los Estados, así como en las relaciones interestatales; es también una doctrina que protege al individuo de la dictadura del conformismo y de las presiones psicológicas que pueden ejercer sobre él los notables y dirigentes de su comunidad religiosa o étnica; es además una doctrina destinada a preservar la integridad de la religión y de los valores espirituales, resguardándolos de las manipulaciones de los políticos en la competición por el poder, al tiempo que preserva la integridad del Estado de las manipulaciones de los religiosos".

No se me ocurre nada que añadir a esta parrafada. Salvo que somos pocos, y utópicos estamos.


Por cierto. La foto la tomé en un colegio público de Badajoz. Cuando sacan de su aula a los niños que no quieren religión, los llevan a una salita en la que hay un busto de la virgen. Sí. Como lo oyen

4 comentarios:

Equilicua dijo...

¿Crucifijos en las aulas?

Desafortunadamente es cotidiano, la falta de respeto de los creyentes es brutal. Los tendrá que castigar su conciencia, porque su dios no existe, y me da que su conciencia tampoco; Así que nos queda la acción directa, porque las leyes no se aplican.

Iremos a la cárcel por formar parte de comandos secuestradores de imágenes insultantes en colegios públicos.

Lo haremos con vacacionalidad y alevosía, no pediremos rescates y los quemaremos en las hoguers del solsticio de invierno.

Anónimo dijo...

Vamos hacia atrás como los cangejos...
Clases de religión a los tres años
.
Ni cuando era pequeña ocurría, es de verguenza.
Pueden hacer mucho daño al enseñar a miles de niños a creer fanáticamente ideas completamente falsas y a rechazar la evolución y la ciencia en general como método para conocer y transformar el mundo.

peropq dijo...

Dice Corm "[la laicidad] es además una doctrina destinada a preservar la integridad de la religión y de los valores espirituales, resguardándolos de las manipulaciones de los políticos en la competición por el poder". Está claro que aquí quien quiere manipular, quien quiere crear nuevas religiones negando la religión, quien quiere hacer del laicismo motivo de confrontación y no de unión son los mismos que propugnan secuestrar imágenes aunque para ellos no sean más que eso, imágenes, tallas sin ningún significado, los que hablan de fanatismo y en la misma frase niegan categóricamente las creencias del de al lado. Pq ese odio? Pq prohibir que se enseñe a quien quiera en las escuelas una dimensión tan fundamental al hombre como es la trascendencia? Pq privar a las futuras generaciones del estudio de un factor crucial para entender la historia de la humanidad? "Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la Ley". Es el artículo 16 de un maravilloso documento llamado Constitución Española.

Puntos de vista y ... nada más dijo...

Hola Pedroq

Me parece muy bien que tengas tus creencias. Es más, si en algún momento no tuvieras algún problema para ponerlas en práctica, escríbeme un e-mail y te acompañaré a donde haga falta para que puedas rezar, ir en procesión 8siempre que no se moleste al resto de viandantes), asistir a misas y celebraciones, abrir iglesias, sinagogas, mezquitas y sedes parroquiales. Por lo tanto nadie niega las creencias del que está al lado. El laicismo no pretende acabar con las religiones: es más, es la mejor forma de garantizar la libertad e igualdad de las diferentes creencias, tanto las religiosas como las que no lo son. No sé dónde ves la manipulación.

Yo creo que en la catequesis y en las iglesias podéis enseñar esa "dimensión tan fundamental al hombre como es la trascendencia", pero entiende que eso no se puede dar en la escuela, porque allí se imparten conocimientos científicos y humanos para todas las personas, las católicas, las mahometanas y las ateas.

Me parece muy bien el artículo 16 de la Constitución, de lo que hablamos es de que los espacios públicos comunes no deben contar con elementos que los presidan y que pertenezcan a determinadas religiones, creencias o partidos políticos. Es que es algo tan simple como que yo no puedo poner una foto de Marx o de Einstein presidiendo un aula. Y estoy seguro de que me dirás que no te importaría. Pero pongámonos de acuerdo: dejemos las aulas como un espacio para la formación básica de los ciudadanos libres que tienen que convivir con seres diferentes. Y después, en casa o en la sinagoga, enseñemos, con toda la libertad del mundo, la Torá, la Biblia, el Corán o la teoría de la relatividad.


Gracias por tu opoinión

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