Paul Auster es otro de mis autores preferidos. No sabría cuál de sus obras elegir para ilustrar este recorrido por mis libros. La noche del oráculo tiene un componente, los cuadernos azules portugueses, que hacen que tenga un no sé qué entrañable. Probablemente la lusopatía, otra vez.
Pero me quedo con Leviatán sin poder argumentar nada. Muchas veces los libros nos llegan no tanto por su contenido como por nuestro estado a la hora de leerlos. Será eso.
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