09 agosto, 2010

Tejemanejes

El interés que tengo por los asuntos políticos es inversamente proporcional al que siento por los tejemanejes de la vida intestinal de los partidos políticos. Creo más en el trabajo diario en la calle que en las intrigas de altos despachos, y siempre me ha parecido bastante impresentable que alguien que pierda las elecciones, en lugar de quedarse a hacer oposición, busque un acomodo mejor burlándose de los pobres votantes. De Tomás Gómez sólo sé que era un alcalde muy apreciado en Parla y que desde hace apenas tres años está al frente de la complicada Federación Socialista madrileña. A unos meses para los comicios alguien ha decidido que se trata de un político de perfil bajo y sin nombre suficiente para enfrentarse a Esperanza Aguirre. No sé cómo acabará este culebrón veraniego y si finalmente se presentará Trinidad Jiménez o Lissavetzky. Las razones que se argumentan para descabalgar a Gómez podrían ser dignas de una empresa multinacional de alta costura o de una agencia de modelos, pero que en política seria se usen excusas infantiles no es de recibo. En primer lugar, porque si Jiménez y Lissavetzky están haciendo bien su trabajo lo mejor sería mantenerlos donde están. Pero lo más sangrante de este asunto es la falta de respeto a la capacidad intelectual de los votantes. ¿Acaso piensan que el electorado no votaría a Gómez por ser un político sencillo y pragmático y sí lo haría por gentes de renombre? ¿Es que en los laboratorios electorales han fichado a vendedores de hamburguesas en lugar de tener a personas que analicen los problemas de la gente y fabriquen ideas para solventarlos?

Publicado en la contraportada de EL PERIÓDICO EXTREMADURA el 9 de agosto de 2010.

La foto la he encontrado en la página de periodistadigital, pero no viene el nombre de la autora. Es una foto para troncharse de risa.

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